lunes, 31 de diciembre de 2007
miércoles, 26 de diciembre de 2007
Cabo Trelles
Hace muchos años, en un aula del Concepción Arenal de Ferrol en las clases de Geografía e Historia, era bastante probable oir la siguiente frase:
- 'Cabo Trelles, non te estrelles...'
Quien repetía esas palabras era un pausado, calmado y casi imperturbable profesor que se dirigía al inquieto y desmotivado alumno que respondía por los apellidos Cabo Trelles.
Últimamente coincido con Cabo Trelles bastante a menudo en una cervecería.
Es más, el pasado domingo volví a verlo; pero, en esta ocasión, usaba unas muletas. Incluso en un momento que pasé a su lado, pude oir como le comentaba a un amigo:
-'No sé ni como lo cuento... 9 vueltas de campana... ¡¡y estoy aquí!!'
Así que a mi macabra inconsciencia sólo se le ocurrió pensar que, después de tantos años, Cabo Trelles se había estrellado... aunque estaba allí para relatarlo, así que, a fin de cuentas, se había salido con la suya... o no... o qué sé yo...
- 'Cabo Trelles, non te estrelles...'
Quien repetía esas palabras era un pausado, calmado y casi imperturbable profesor que se dirigía al inquieto y desmotivado alumno que respondía por los apellidos Cabo Trelles.
Últimamente coincido con Cabo Trelles bastante a menudo en una cervecería.
Es más, el pasado domingo volví a verlo; pero, en esta ocasión, usaba unas muletas. Incluso en un momento que pasé a su lado, pude oir como le comentaba a un amigo:
-'No sé ni como lo cuento... 9 vueltas de campana... ¡¡y estoy aquí!!'
Así que a mi macabra inconsciencia sólo se le ocurrió pensar que, después de tantos años, Cabo Trelles se había estrellado... aunque estaba allí para relatarlo, así que, a fin de cuentas, se había salido con la suya... o no... o qué sé yo...
domingo, 16 de diciembre de 2007
viernes, 14 de diciembre de 2007
Normalización lingüística
Normalmente todo lo que suene a 'normalización lingüística' me produce repulsa. No me cuadra que alguien en un despacho decida, sabe dios a cuento de qué, qué es lo que hay que decir y lo que no.
Opino que alguien que toda la vida ha dicho 'gracias' seguirá diciendo 'gracias' y no 'grazas'; o que dirá 'pantalois' y no 'pantalóns' etc. etc. Las cosas son lo que son y no lo que uno quiere o pretenda decidir.
Sin embargo, viendo en la televisión el programa 'Cifras y Letras' resulta que en Gallego normativo los gallegos no 'disfrutamos', sino que 'gozamos'. Por primera vez me reconfortó esa norma dictada por la tan manida normalización lingüística... o no... o qué sé yo...
Opino que alguien que toda la vida ha dicho 'gracias' seguirá diciendo 'gracias' y no 'grazas'; o que dirá 'pantalois' y no 'pantalóns' etc. etc. Las cosas son lo que son y no lo que uno quiere o pretenda decidir.
Sin embargo, viendo en la televisión el programa 'Cifras y Letras' resulta que en Gallego normativo los gallegos no 'disfrutamos', sino que 'gozamos'. Por primera vez me reconfortó esa norma dictada por la tan manida normalización lingüística... o no... o qué sé yo...
viernes, 7 de diciembre de 2007
Medio centro defensivo
A día de hoy las grandes portadas de deportes en periódicos e informativos se las llevan los delanteros de fútbol. Siempre delanteros. Que si meten tantos goles, que si salen de fiesta, que si tienen una mala racha, etc. etc. Rara vez se comenta algo de un portero o un defensa. Pero a quien nunca se menciona es al medio centro defensivo.
Esa posición en el fútbol actual es tan vital como oscura. Debe recuperar los balones largos enviados por el contrario, ayudar en defensa cuando el rival aprieta, no puede perder ningún balón, tiene que hacer las llamadas 'faltas tácticas' cuando el rival contraataca, debe dar salida a los centrales, tiene que iniciar el ataque (ya sea con un pase en largo como abriendo el juego a una u otra banda), si no ve un pase fácil debe retrasar el balón a la defensa, si los interiores, extremos o delanteros no ven hueco tiene que aparecer para dar una vía de escape a sus compañeros y que éstos no pierdan la posesión del balón y, por si fuera poco, parece que no tiene derecho a quejarse a pesar de que es quien más kilómetros recorre a lo largo de un partido.
Sin embargo, de todas las posiciones en las que uno puede jugar en el fútbol, la de medio centro defensivo es la que más me gusta. A pesar de todas las responsabilidades, de todos los esfuerzos que conlleva y del poco reconocimiento que tiene. Quizá sea precisamente por eso. Porque esas características son las que me gustaría que más se amoldasen a mi carácter. Hay que ayudar atrás, iniciar el ataque desde la distancia, organizar al equipo,... En definitiva, ser un estratega y ejecutor a un tiempo. Eso sí, se hace todo eso porque es lo que hay que hacer en ese puesto, y los elogios se agradecen pero se aceptan como inmerecidamente, como si no fuese para tanto, como que cualquiera en ese lugar haría lo mismo.
De hecho, de las declaraciones de los grandes medio centro defensivos de la historia del fútbol están en esa línea. Como si no fuese para tanto. Como si ellos no tuvieran ningún mérito. Como si cualquier persona hiciese lo mismo en su lugar. Beckenbauer, Guardiola, Mazinho, Redondo, Mauro Silva..... quien fuera en la vida real como cualquiera de ellos dentro del campo de fútbol... o no... o qué sé yo...
Esa posición en el fútbol actual es tan vital como oscura. Debe recuperar los balones largos enviados por el contrario, ayudar en defensa cuando el rival aprieta, no puede perder ningún balón, tiene que hacer las llamadas 'faltas tácticas' cuando el rival contraataca, debe dar salida a los centrales, tiene que iniciar el ataque (ya sea con un pase en largo como abriendo el juego a una u otra banda), si no ve un pase fácil debe retrasar el balón a la defensa, si los interiores, extremos o delanteros no ven hueco tiene que aparecer para dar una vía de escape a sus compañeros y que éstos no pierdan la posesión del balón y, por si fuera poco, parece que no tiene derecho a quejarse a pesar de que es quien más kilómetros recorre a lo largo de un partido.
Sin embargo, de todas las posiciones en las que uno puede jugar en el fútbol, la de medio centro defensivo es la que más me gusta. A pesar de todas las responsabilidades, de todos los esfuerzos que conlleva y del poco reconocimiento que tiene. Quizá sea precisamente por eso. Porque esas características son las que me gustaría que más se amoldasen a mi carácter. Hay que ayudar atrás, iniciar el ataque desde la distancia, organizar al equipo,... En definitiva, ser un estratega y ejecutor a un tiempo. Eso sí, se hace todo eso porque es lo que hay que hacer en ese puesto, y los elogios se agradecen pero se aceptan como inmerecidamente, como si no fuese para tanto, como que cualquiera en ese lugar haría lo mismo.
De hecho, de las declaraciones de los grandes medio centro defensivos de la historia del fútbol están en esa línea. Como si no fuese para tanto. Como si ellos no tuvieran ningún mérito. Como si cualquier persona hiciese lo mismo en su lugar. Beckenbauer, Guardiola, Mazinho, Redondo, Mauro Silva..... quien fuera en la vida real como cualquiera de ellos dentro del campo de fútbol... o no... o qué sé yo...
viernes, 30 de noviembre de 2007
Cabezas de dragón
Ayer estaba Jorge con ese torbellino compuesto por 14 chavales de 1º de ESO a última hora.
Siendo consciente de ello, la permisividad y complicidad entre Jorge y los dragones suele ser algo mayor. De ahí que, de repente, a una cabeza de dragón se le dio por preguntar:
- Profe, ¿e logo tí cantos fillos tes?
Buscando una respuesta que hiciera comprender que no le iba a contestar a esa pregunta, Jorge respondió:
- 90
Pasaron un par de segundos y otra cabeza de dragón exclamó:
-¡¡Mi má, profe!!.... a tí ghústache, ¿eh?
Tocado. Hundido. Y realizando auténticos esfuerzos para no soltar una carcajada ante tan original respuesta. Y tienen 13 años.....
Siendo consciente de ello, la permisividad y complicidad entre Jorge y los dragones suele ser algo mayor. De ahí que, de repente, a una cabeza de dragón se le dio por preguntar:
- Profe, ¿e logo tí cantos fillos tes?
Buscando una respuesta que hiciera comprender que no le iba a contestar a esa pregunta, Jorge respondió:
- 90
Pasaron un par de segundos y otra cabeza de dragón exclamó:
-¡¡Mi má, profe!!.... a tí ghústache, ¿eh?
Tocado. Hundido. Y realizando auténticos esfuerzos para no soltar una carcajada ante tan original respuesta. Y tienen 13 años.....
martes, 27 de noviembre de 2007
La muralla del masculino (y II)
Pero también pensé que se había derribado un muro. Que se abrían posibilidades. Que se mostraban nuevos puntos de vista y nuevas ventajas. Que el recuerdo de la adolescencia quedaría guardado para siempre; pero que, al igual que sucedió con el de Berlín, el derribo de la muralla del masculino significaba el inicio de una nueva etapa… o no… o qué sé yo…
lunes, 26 de noviembre de 2007
La muralla del masculino
El otro día iba en mi coche y, como tantas otras veces, pasaba por delante del instituto donde fui alumno. Fue algo instintivo: toda la vida pasando por allí delante hace que no te fijes en los detalles, pero no puedes evitar echar siempre un vistazo.
Sin embargo, parecía como si algo hubiera cambiado. Había algo diferente, nuevo, innovador. Algo que mi somnolencia no permitía que identificase. Al cabo de unos segundos, me di cuenta:
-"¡¡Coño!! ¡¡La muralla!! ¡¡La están tirando!!"
Lo cierto es que según pasaba por delante, contemplaba el patio del instituto con total parsimonia. El caso es que antes había una muralla que lo impedía; pero como sé de memoria lo que hay dentro, es como si esa muralla no existiera. La diferencia era que hora la habían derribado físicamente.
Recordé todas aquellas tardes de verano que saltábamos esa muralla para jugar a fútbol-sala toda la tarde. Para muchos de mis amigos y para mí mismo, saltar la muralla del masculino fue la primera fechoría realizada. Luego pensé que muchas veces no aprecias lo suficiente lo que tienes al lado, o que no lo echas de menos hasta que, de repente y sin avisar, te lo quitan sin más.
Sin embargo, parecía como si algo hubiera cambiado. Había algo diferente, nuevo, innovador. Algo que mi somnolencia no permitía que identificase. Al cabo de unos segundos, me di cuenta:
-"¡¡Coño!! ¡¡La muralla!! ¡¡La están tirando!!"
Lo cierto es que según pasaba por delante, contemplaba el patio del instituto con total parsimonia. El caso es que antes había una muralla que lo impedía; pero como sé de memoria lo que hay dentro, es como si esa muralla no existiera. La diferencia era que hora la habían derribado físicamente.
Recordé todas aquellas tardes de verano que saltábamos esa muralla para jugar a fútbol-sala toda la tarde. Para muchos de mis amigos y para mí mismo, saltar la muralla del masculino fue la primera fechoría realizada. Luego pensé que muchas veces no aprecias lo suficiente lo que tienes al lado, o que no lo echas de menos hasta que, de repente y sin avisar, te lo quitan sin más.
viernes, 23 de noviembre de 2007
Complot
¿Por qué el blogger lleva una semana impidiendo que publique una entrada? ¿Me tiene manía?
¿Le ocurre a todo el mundo? ¿Es una señal? ¿Es psicomagia?....
Sí... o no... o qué sé yo...
¿Le ocurre a todo el mundo? ¿Es una señal? ¿Es psicomagia?....
Sí... o no... o qué sé yo...
viernes, 9 de noviembre de 2007
Abuelo
Dentro de 3 días se cumplen 20 años del fallecimiento de mi abuelo.
Aquello significó varias cosas. Fue la primera vez que la muerte pasaba cerca de mí. Además, quería mucho a mi abuelo. De hecho, de entre todos mis abuelos, abuelas, tíos abuelos y tías abuelas era al que más quería. Fue como un ritual de despedida de mi niñez.
Mi abuelo fue quien me enseñó a jugar a las cartas, a jugar al dominó, a disfrutar de un paseo por el parque, a hacer todo lo posible para que tu nieto sea feliz....
No llegué a conocerlo del todo, ya que Alzheimer comenzó a atacarle demasiado pronto para lo que yo quisiera.
Puede que lo mejor fuese que sucediera así. De esta forma sólo recuerdo cosas buenas de mi abuelo. Muy buenas. Las mejores. Todas las que un nieto quiere recordar de su abuelo.
Dicen que el Alzheimer elimina los recuerdos, pero no la personalidad. Si eso es cierto, sé que mi abuelo era amable, simpático, generoso, honrado. Como aquella vez que que le dio el alto a mi hermano desde su silla de ruedas con el secador de pelo; o como cuando le preguntó a mi abuela si estaba guapo, que quería estar lo mejor posible porque ese día se casaba; o como cuando sonreía como un pícaro al apartar las pastillas que le escondían entre la comida; o como en tantas y tantas ocasiones.
Creo que al único entierro al que siento no haber ido es al de mi abuelo. El miedo a la muerte en aquellos momentos me impidió hacerlo. Desde entonces es como si estuviese en deuda con él y conmigo mismo. Pero también estoy seguro de que, tarde o temprano, saldaré esa deuda.
Aquello significó varias cosas. Fue la primera vez que la muerte pasaba cerca de mí. Además, quería mucho a mi abuelo. De hecho, de entre todos mis abuelos, abuelas, tíos abuelos y tías abuelas era al que más quería. Fue como un ritual de despedida de mi niñez.
Mi abuelo fue quien me enseñó a jugar a las cartas, a jugar al dominó, a disfrutar de un paseo por el parque, a hacer todo lo posible para que tu nieto sea feliz....
No llegué a conocerlo del todo, ya que Alzheimer comenzó a atacarle demasiado pronto para lo que yo quisiera.
Puede que lo mejor fuese que sucediera así. De esta forma sólo recuerdo cosas buenas de mi abuelo. Muy buenas. Las mejores. Todas las que un nieto quiere recordar de su abuelo.
Dicen que el Alzheimer elimina los recuerdos, pero no la personalidad. Si eso es cierto, sé que mi abuelo era amable, simpático, generoso, honrado. Como aquella vez que que le dio el alto a mi hermano desde su silla de ruedas con el secador de pelo; o como cuando le preguntó a mi abuela si estaba guapo, que quería estar lo mejor posible porque ese día se casaba; o como cuando sonreía como un pícaro al apartar las pastillas que le escondían entre la comida; o como en tantas y tantas ocasiones.
Creo que al único entierro al que siento no haber ido es al de mi abuelo. El miedo a la muerte en aquellos momentos me impidió hacerlo. Desde entonces es como si estuviese en deuda con él y conmigo mismo. Pero también estoy seguro de que, tarde o temprano, saldaré esa deuda.
viernes, 2 de noviembre de 2007
¿Información?
Pongo la televisión, en Cuatro. Telediario. Aparece el retrato-robot del secuestrador de Madeleine McCann. El locutor dice "esto es el retrato-robot del secuestrador de Madeleine McCann. Retrato autorizado por la policía portuguesa".
Continúan con el noticiero.
Poco después hablan de la rueda de prensa de Robinho en la que dice que llegó tarde de Brasil porque creía que tenían partido el domingo. Cuando termina de hablar, continúa la cinta un par de segundos. Los justos para ver que Robinho pone cara de 'a ver si cuela' y comienza a sonreir consciente de lo poco creíble que es tal excusa.
Media hora después empieza el Telediario en la 1. A los 10 minutos: "esto es el retrato-robot del secuestrador de Madeleine McCann. Este retrato ha sido realizado por especialistas del FBI asesorados por agentes de Scotland Yard y publicado con el consentimiento de la policía portuguesa. No se ha dibujado el rostro del secuestrador debido a las dudas que mantenía el testigo sobre ese asunto".
Luego, en los deportes, ponen la cinta de Robinho.... pero casualmente, los dos o tres últimos segundos no se emiten.
Empecé a reflexionar. Y recordé aquel día que en Telecinco empezaron el telediario con la ley de memoria histórica y en Antena3 con una encuesta que decía que al 70% de los españoles les gusta ver la bandera española en acontecimientos deportivos.
¿Información? ¿Desinformación?... Sí... o no... o qué sé yo...
Continúan con el noticiero.
Poco después hablan de la rueda de prensa de Robinho en la que dice que llegó tarde de Brasil porque creía que tenían partido el domingo. Cuando termina de hablar, continúa la cinta un par de segundos. Los justos para ver que Robinho pone cara de 'a ver si cuela' y comienza a sonreir consciente de lo poco creíble que es tal excusa.
Media hora después empieza el Telediario en la 1. A los 10 minutos: "esto es el retrato-robot del secuestrador de Madeleine McCann. Este retrato ha sido realizado por especialistas del FBI asesorados por agentes de Scotland Yard y publicado con el consentimiento de la policía portuguesa. No se ha dibujado el rostro del secuestrador debido a las dudas que mantenía el testigo sobre ese asunto".
Luego, en los deportes, ponen la cinta de Robinho.... pero casualmente, los dos o tres últimos segundos no se emiten.
Empecé a reflexionar. Y recordé aquel día que en Telecinco empezaron el telediario con la ley de memoria histórica y en Antena3 con una encuesta que decía que al 70% de los españoles les gusta ver la bandera española en acontecimientos deportivos.
¿Información? ¿Desinformación?... Sí... o no... o qué sé yo...
miércoles, 24 de octubre de 2007
Cabezas de dragón
Jorge: ¿Cómo fixestes este exercicio?
Cabeza de dragón#1: Eu calculín directamente, papá!!
....
Cabezas de dragón: jajajajaja, ¡¡chamoulle 'papá'!!
Jorge: ('calculín'!!, ¡¿¡¿'papá'?!?!... polo menos aprécianme)
Cabeza de dragón#1: Eu calculín directamente, papá!!
....
Cabezas de dragón: jajajajaja, ¡¡chamoulle 'papá'!!
Jorge: ('calculín'!!, ¡¿¡¿'papá'?!?!... polo menos aprécianme)
lunes, 22 de octubre de 2007
Machinhus White & The Oyster Band
No mistake at all
I've got bad news
it wasn't by chance
I wanted that it happened us...
and you, and you
let it happened
I don't want you to forgive me
and don't apologize me
Don't deny you've been looking for me
Nothing of all this
nothing was an error at all
No mistake at all
Nothing of all this was an error at all.
Errors aren't chosen
luckyly and unfortunately
I didn't fail when you came...
and you, and you
didn't want to fail
I learned the difference between game and chance
the one who simply looks
and the one who gives everything
Nothing of all this
nothing was an error at all
No mistake at all
Nothing of all this was an error at all.
I've got bad news
it wasn't by chance
I wanted that it happened us...
and you, and you
let it happened
I don't want you to forgive me
and don't apologize me
Don't deny you've been looking for me
Nothing of all this
nothing was an error at all
No mistake at all
Nothing of all this was an error at all.
Errors aren't chosen
luckyly and unfortunately
I didn't fail when you came...
and you, and you
didn't want to fail
I learned the difference between game and chance
the one who simply looks
and the one who gives everything
Nothing of all this
nothing was an error at all
No mistake at all
Nothing of all this was an error at all.
martes, 16 de octubre de 2007
domingo, 14 de octubre de 2007
Marion Jones
El otro día comentaban en todos los telediarios la noticia de la rueda de prensa ofrecida por Marion Jones. En dicha rueda de prensa, la atleta, reconocía haberse dopado antes de los Juegos Olímpicos de Sydney.
Mientras se desarrollaba la noticia, me vino a la mente el primer recuerdo que tuve relacionado con esta mujer. Era la imagen de su, por entonces, marido aporreando a puñetazo limpio un asiento del estadio donde competía su esposa. Más de 130 kilos de rabia y odio focalizados en un puño. Esa ira debía de ser la que atemorizaba a Marion. Recuerdo que cuando presenciaba esa competición por televisión y el realizador encadenó la imagen de la cara de Marion tras el espectáculo de brutalidad ofrecido por su marido, yo no conseguía salir de mi asombro. Mientras mi cabeza me decía que esos momentos tenían que ser de decepción, frustración y necesidad de auxilio y consuelo; mis ojos presenciaban enfado, culpabilidad y temor. Sobre todo culpabilidad.
Mi perplejidad aumentó cuando el comentarista citaba que el marido había obligado a Marion a participar en 5 o 6 disciplinas distintas; a pesar de que ella argumentaba que eso influiría en su rendimiento negativamente y aumentaría las probabilidades de sufrir una lesión (como la que acababa de sufrir en aquellos instantes).
Después de dicho recuerdo, en la rueda de prensa, se veía a una mujer sumamente arrepentida y dolida; aunque consciente de que necesitaba hacer pública esa confesión. Tenía la obligación de rechazar lo que había conseguido mediante las trampas y las malas artes.
Quienes no estaban en esa comparecencia eran los 130 kilos que aporreaban el asiento.
Al final, me quedó el alivio de pensar que Marion podrá vivir sin esa mancha en su conciencia, sin el peso de esa enorme mentira, sin recordar el fraude cometido cada vez que viera aquellas medallas de Sydney.
Él, probablemente, pondrá mil excusas y encontrará infinidad de culpables.... ninguno de los cuales será él mismo, por supuesto... o no... o qué sé yo...
Mientras se desarrollaba la noticia, me vino a la mente el primer recuerdo que tuve relacionado con esta mujer. Era la imagen de su, por entonces, marido aporreando a puñetazo limpio un asiento del estadio donde competía su esposa. Más de 130 kilos de rabia y odio focalizados en un puño. Esa ira debía de ser la que atemorizaba a Marion. Recuerdo que cuando presenciaba esa competición por televisión y el realizador encadenó la imagen de la cara de Marion tras el espectáculo de brutalidad ofrecido por su marido, yo no conseguía salir de mi asombro. Mientras mi cabeza me decía que esos momentos tenían que ser de decepción, frustración y necesidad de auxilio y consuelo; mis ojos presenciaban enfado, culpabilidad y temor. Sobre todo culpabilidad.
Mi perplejidad aumentó cuando el comentarista citaba que el marido había obligado a Marion a participar en 5 o 6 disciplinas distintas; a pesar de que ella argumentaba que eso influiría en su rendimiento negativamente y aumentaría las probabilidades de sufrir una lesión (como la que acababa de sufrir en aquellos instantes).
Después de dicho recuerdo, en la rueda de prensa, se veía a una mujer sumamente arrepentida y dolida; aunque consciente de que necesitaba hacer pública esa confesión. Tenía la obligación de rechazar lo que había conseguido mediante las trampas y las malas artes.
Quienes no estaban en esa comparecencia eran los 130 kilos que aporreaban el asiento.
Al final, me quedó el alivio de pensar que Marion podrá vivir sin esa mancha en su conciencia, sin el peso de esa enorme mentira, sin recordar el fraude cometido cada vez que viera aquellas medallas de Sydney.
Él, probablemente, pondrá mil excusas y encontrará infinidad de culpables.... ninguno de los cuales será él mismo, por supuesto... o no... o qué sé yo...
domingo, 7 de octubre de 2007
Diversidad lingüística
Jorge: ¿Cómo fixestes este exercicio?
Cabeza de dragón #1: Eu sumín e logo multipliquín.
Cabeza de dragón #2: Pois eu restín.
Jorge: A ver... fixaivos ben o que vos di o enunciado
....
Jorge: E así temos, cen máis cinco son cento cinco. E cento cinco por cinco, cinco centos vinte cinco. ¿Vale?
Cabeza de dragón #1: ¿Cómo? Sen máis sinco, sento sinco. E sento sinco por sinco, quinientos vinte sinco. ¿É así?
Jorge: Sí, quinientos vinte sinco
Cabeza de dragón #1: Eu sumín e logo multipliquín.
Cabeza de dragón #2: Pois eu restín.
Jorge: A ver... fixaivos ben o que vos di o enunciado
....
Jorge: E así temos, cen máis cinco son cento cinco. E cento cinco por cinco, cinco centos vinte cinco. ¿Vale?
Cabeza de dragón #1: ¿Cómo? Sen máis sinco, sento sinco. E sento sinco por sinco, quinientos vinte sinco. ¿É así?
Jorge: Sí, quinientos vinte sinco
jueves, 4 de octubre de 2007
Machinhus White & The Oyster Band
Has perdido ese sentimiento de amor.
Ya no cierras tus ojos cuando te beso.
Y no hay ternura en tus caricias como antes.
Procuras que no se note. Pero yo lo sé.
Has perdido ese sentimiento de amor. Se ha ido.
Ahora no hay una mirada de bienvenida en tus ojos cuando te miro.
Y empiezas a criticar mis detalles.
Y eso me hace llorar, porque algo en tí se está muriendo.
Has perdido ese sentimiento de amor. Se ha ido.
Me arrodillo ante tí. Si simplemente me amaras como solías hacer.
Teníamos un amor que no se encuentra todos los días.
Por eso, no lo dejes escapar.
Has perdido ese sentimiento de amor. Se ha ido.
Te suplico. Necesito tu amor. Devuélvenoslo, porque se ha ido y no puedo seguir.
Devuelve ese sentimiento de amor porque se ha ido.
Ya no cierras tus ojos cuando te beso.
Y no hay ternura en tus caricias como antes.
Procuras que no se note. Pero yo lo sé.
Has perdido ese sentimiento de amor. Se ha ido.
Ahora no hay una mirada de bienvenida en tus ojos cuando te miro.
Y empiezas a criticar mis detalles.
Y eso me hace llorar, porque algo en tí se está muriendo.
Has perdido ese sentimiento de amor. Se ha ido.
Me arrodillo ante tí. Si simplemente me amaras como solías hacer.
Teníamos un amor que no se encuentra todos los días.
Por eso, no lo dejes escapar.
Has perdido ese sentimiento de amor. Se ha ido.
Te suplico. Necesito tu amor. Devuélvenoslo, porque se ha ido y no puedo seguir.
Devuelve ese sentimiento de amor porque se ha ido.
martes, 2 de octubre de 2007
Impagable
Jorge está perdido. Cual pulpo en un garaje. Como un elefante en una tienda de antigüedades. Aunque poco a poco consigue situarse.
Lo que sí tiene claro Jorge es que está contento. Las batallas con los dragones son cada vez más estimulantes y satisfactorias. Pero la guinda del pastel la disfrutó hoy por la mañana.
Increíblemente, Jorge consiguió salir de su castillo sin prisa alguna. Sabía que podría recorrer el camino que le llevaba al campo de batalla apreciando cada detalle. Y así lo hizo. Esos 15 minutos paseando a lo largo del pinar que bordea la playa con una mezcla de olores entre el arume y el salitre fue impagable.
Y lo mejor es que ese paseo se repetirá cada día durante los próximos meses... o no... o qué sé yo...
Lo que sí tiene claro Jorge es que está contento. Las batallas con los dragones son cada vez más estimulantes y satisfactorias. Pero la guinda del pastel la disfrutó hoy por la mañana.
Increíblemente, Jorge consiguió salir de su castillo sin prisa alguna. Sabía que podría recorrer el camino que le llevaba al campo de batalla apreciando cada detalle. Y así lo hizo. Esos 15 minutos paseando a lo largo del pinar que bordea la playa con una mezcla de olores entre el arume y el salitre fue impagable.
Y lo mejor es que ese paseo se repetirá cada día durante los próximos meses... o no... o qué sé yo...
viernes, 28 de septiembre de 2007
Chiste de informáticos
¿Qué le dice un informático a otro?
-En cualquier momento, se complican las cosas, te despistas y... 'computas'
-En cualquier momento, se complican las cosas, te despistas y... 'computas'
jueves, 27 de septiembre de 2007
Momento de felicidad
Debía esperar un cuarto de hora. Salí de la cafetería después de saborear un espléndido café y tras un breve paseo de un par de minutos llegué a la playa. Avancé y me senté. Alcé la cara como dándole permiso al Sol para que dispusiese de mí a su voluntad.
Al fin tranquilidad y sosiego. Cerré los ojos para oir mejor como moría el mar en la arena.
Al fin, y durante 8 meses, tendré MI casa, MI satisfactorio trabajo, MI playa a medio minuto de mi casa.... en defenitiva, que aquel fue el preciso instante en el que empezó una etapa de 8 meses en el que haré MI vida... o no... o qué sé yo...
Al fin tranquilidad y sosiego. Cerré los ojos para oir mejor como moría el mar en la arena.
Al fin, y durante 8 meses, tendré MI casa, MI satisfactorio trabajo, MI playa a medio minuto de mi casa.... en defenitiva, que aquel fue el preciso instante en el que empezó una etapa de 8 meses en el que haré MI vida... o no... o qué sé yo...
martes, 25 de septiembre de 2007
Queda Prohibido (amor)
QUEDA PROHIBIDO !
Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber que hacer,
tener miedo a tus recuerdos.
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.
Queda prohibido no demostrar tu amor,
hacer que alguien pague tus deudas y el mal humor.
Queda prohibido dejar a tus amigos,
no intentar comprender lo que vivieron juntos,
llamarles solo cuando los necesitas.
Queda prohibido no ser tú ante la gente,
fingir ante las personas que no te importan,
hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,
olvidar a toda la gente que te quiere.
Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,
tener miedo a la vida y a sus compromisos,
no vivir cada día como si fuera un ultimo suspiro.
Queda prohibido echar a alguien de menos sin
alegrarte, olvidar sus ojos, su risa,
todo porque sus caminos han dejado de abrazarse,
olvidar su pasado y pagarlo con su presente.
Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen mas que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.
Queda prohibido no crear tu historia,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.
Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti este mundo no sería igual.
Pablo Neruda
Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber que hacer,
tener miedo a tus recuerdos.
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.
Queda prohibido no demostrar tu amor,
hacer que alguien pague tus deudas y el mal humor.
Queda prohibido dejar a tus amigos,
no intentar comprender lo que vivieron juntos,
llamarles solo cuando los necesitas.
Queda prohibido no ser tú ante la gente,
fingir ante las personas que no te importan,
hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,
olvidar a toda la gente que te quiere.
Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,
tener miedo a la vida y a sus compromisos,
no vivir cada día como si fuera un ultimo suspiro.
Queda prohibido echar a alguien de menos sin
alegrarte, olvidar sus ojos, su risa,
todo porque sus caminos han dejado de abrazarse,
olvidar su pasado y pagarlo con su presente.
Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen mas que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.
Queda prohibido no crear tu historia,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.
Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti este mundo no sería igual.
Pablo Neruda
jueves, 20 de septiembre de 2007
Real Madrid - Werder Bremen
Estábamos terminando de cenar y le propuse:
- 'Tú recoges lo de la cena y yo plancho después del partido, ¿vale?'
Ella accedió. Me fui a la sala, encendí la tele, le quité la voz, encendí la radio y me senté en el sofá. Poco después vino ella. Aprovechó que estaba concentrado, viendo el partido, para tumbarse en el sofá apoyando su cabeza sobre mis rodillas. Yo seguía a lo mío. Sin percatarme de que me estaba observando. Me miraba tranquilamente, sin prisa. Desde un ángulo que sólo en esos momentos podía obtener. Le gusta escrutar mi rostro y mis gestos cuando estoy concentrado en otra cosa.
En la radio predijeron "precisamente porque el Bremen está llegando con más peligro, justamente ahora será cuando marque el Madrid". Ella, consciente de mi antimadridismo, sonrió al apreciar mi mueca despectiva ante tal comentario. Y luego, cuando ,en efecto, marcó el equipo merengue y blasfemé en voz baja, su sonrisa fue mayor.
Disfruta examinándome desde esa postura. Y le da seguridad. Ella es la única que puede observarme así. Es como si estuviera jugando en su jardín secreto. Y lo disfruta tanto porque en ese jardín tiene lo que ella quiere: alegría, paz, comprensión, amor...
Me di cuenta de su juego y de que le estaba dando más importancia a la televisión de la que realmente tenía. Sonreí como recriminándole que se hubiera aprovechado de mi despiste; pero ella me devolvió otra sonrisa con la satisfacción de un chiquillo que acaba de cometer una 'fechoría' y nadie descubre que ha sido él. Diciéndome "te pillé" con su mirada.
Bajé la cabeza y nos besamos melosamente. Apagué la tele. Y ella con una falsa extrañeza me preguntó: "¿no vas a acabar de ver el partido?".
"Que le den mucho al partido" contesté.
Y la sesión de planchado se aplazó para el día siguiente.
- 'Tú recoges lo de la cena y yo plancho después del partido, ¿vale?'
Ella accedió. Me fui a la sala, encendí la tele, le quité la voz, encendí la radio y me senté en el sofá. Poco después vino ella. Aprovechó que estaba concentrado, viendo el partido, para tumbarse en el sofá apoyando su cabeza sobre mis rodillas. Yo seguía a lo mío. Sin percatarme de que me estaba observando. Me miraba tranquilamente, sin prisa. Desde un ángulo que sólo en esos momentos podía obtener. Le gusta escrutar mi rostro y mis gestos cuando estoy concentrado en otra cosa.
En la radio predijeron "precisamente porque el Bremen está llegando con más peligro, justamente ahora será cuando marque el Madrid". Ella, consciente de mi antimadridismo, sonrió al apreciar mi mueca despectiva ante tal comentario. Y luego, cuando ,en efecto, marcó el equipo merengue y blasfemé en voz baja, su sonrisa fue mayor.
Disfruta examinándome desde esa postura. Y le da seguridad. Ella es la única que puede observarme así. Es como si estuviera jugando en su jardín secreto. Y lo disfruta tanto porque en ese jardín tiene lo que ella quiere: alegría, paz, comprensión, amor...
Me di cuenta de su juego y de que le estaba dando más importancia a la televisión de la que realmente tenía. Sonreí como recriminándole que se hubiera aprovechado de mi despiste; pero ella me devolvió otra sonrisa con la satisfacción de un chiquillo que acaba de cometer una 'fechoría' y nadie descubre que ha sido él. Diciéndome "te pillé" con su mirada.
Bajé la cabeza y nos besamos melosamente. Apagué la tele. Y ella con una falsa extrañeza me preguntó: "¿no vas a acabar de ver el partido?".
"Que le den mucho al partido" contesté.
Y la sesión de planchado se aplazó para el día siguiente.
miércoles, 19 de septiembre de 2007
martes, 18 de septiembre de 2007
Vendimia
Fue hace unos años. Evidentemente era Septiembre y, obviamente, mi neurona llevaba varios días centrifugando vertiginosamente.
El caso es que nunca había vendimiado. Había disfrutado del resultado de todo el proceso. Había lavado las botellas. Había encorchado. Pero nunca había recogido la uva de la vid.
La verdad es que disfruté al máximo aquella labor en grupo realizada entre bromas, risas y sudor. Lo que más me llenaba era que aquel esfuerzo era palpable. Sabías que aquello servía para algo, que lo ibas a disfrutar. Y que lo harías con quien, en aquel momento, estaba arrimando el hombro contigo.
Y es que si alguien me preguntase al día siguiente qué había hecho, mi respuesta sería comprensible, accesible y, sobre todo, mostraría utilidad.
El contraste venía dado porque en lo que trabajaba por aquel entonces ocurría todo lo contrario. Era incapaz de explicar fácilmente a qué me dedicaba. Y mucho menos para qué servía y si era útil para alguien.
Así que en aquel Septiembre estuve a punto de mandar a la basura varios años de estudio para dedicarme a la agricultura. El pánico y la ignorancia lo impidieron. Pero fue el primer paso que di para abandonar aquella inexplicable inutilidad... o no... o qué sé yo...
El caso es que nunca había vendimiado. Había disfrutado del resultado de todo el proceso. Había lavado las botellas. Había encorchado. Pero nunca había recogido la uva de la vid.
La verdad es que disfruté al máximo aquella labor en grupo realizada entre bromas, risas y sudor. Lo que más me llenaba era que aquel esfuerzo era palpable. Sabías que aquello servía para algo, que lo ibas a disfrutar. Y que lo harías con quien, en aquel momento, estaba arrimando el hombro contigo.
Y es que si alguien me preguntase al día siguiente qué había hecho, mi respuesta sería comprensible, accesible y, sobre todo, mostraría utilidad.
El contraste venía dado porque en lo que trabajaba por aquel entonces ocurría todo lo contrario. Era incapaz de explicar fácilmente a qué me dedicaba. Y mucho menos para qué servía y si era útil para alguien.
Así que en aquel Septiembre estuve a punto de mandar a la basura varios años de estudio para dedicarme a la agricultura. El pánico y la ignorancia lo impidieron. Pero fue el primer paso que di para abandonar aquella inexplicable inutilidad... o no... o qué sé yo...
lunes, 17 de septiembre de 2007
viernes, 14 de septiembre de 2007
Septiembre
El otro día me di cuenta. Era tan indudable como palpable. Por su persistencia, evidencia e insistencia.
Desde hace muchos años, Septiembre es mi mes de las cavilaciones por excelencia. Es como una insomne noche de domingo, pero multiplicado por 100. Como el día de fin de año o el de mi cumpleaños, pero sin resquicio alguno de alegría.
Supongo que su origen se debe al calendario escolar. En el instituto, antes de empezar COU, antes de empezar la carrera, durante la carrera.... El mes de Septiembre era como un gong que avisaba del final de las vacaciones y del inicio del nuevo curso. Pero mis disquisiciones estaban focalizadas en el aspecto académico.
Sin embargo, desde hace unos años, esos pensamientos se han convertido en una exposición de todas las opciones vitales relativas a los más diversos aspectos. Y parece como si tuviese la obligación de revisar cada opción. Y no quiero escoger. Preferiría no escoger. Aunque luego el no escoger se revela como sumisión. Y también me disgusta. Aunque, a continuación, descubro que el no escoger supondría una alta dosis de felicidad. No escoger querría decir que las distintas elecciones de los distintos temas serían las adecuadas o, al menos, las óptimas en cada caso. Y no tendría sentido cambiarlas. Pero eso sería un imposible y todo es susceptible de mejora. Así que me veo en el punto inicial. Con la sensación de que debe decidir algo.
Quizá sea la inactividad propia de este mes la que me lleva a pensar tanto. Puede que sea la incertidumbre del presente más inmediato. Puede que ya sea una tradición convertida en ley. Quién sabe.
El caso es que estoy deseando que llegue Octubre de una vez... o no... o qué sé yo...
miércoles, 12 de septiembre de 2007
Cosas de fechas
Estos días ando a vueltas con un encargo que me hizo mi padre.
Por cuestiones de herencias, concentraciones parcelarias y esos temas, hace unos años mi padre tuvo que reconstruir su árbol genealógico. Y, la semana pasada, rescató el trozo de papel donde lo tenía plasmado. Así que me cogió por banda y me pidió que lo pasara a ordenador.
Asumí la tarea con sumo agrado.
Pues bien, llegando a mis bisabuelos, resulta que exactamente 32 años después de que muriera el abuelo materno de mi padre, nací yo. 32 años. Exactamente la edad que tengo ahora.
¡Qué cosas!
Si esta entrada la hubiese escrito el 27-1 ya habría sido un escándalo... o no... o qué sé yo...
Por cuestiones de herencias, concentraciones parcelarias y esos temas, hace unos años mi padre tuvo que reconstruir su árbol genealógico. Y, la semana pasada, rescató el trozo de papel donde lo tenía plasmado. Así que me cogió por banda y me pidió que lo pasara a ordenador.
Asumí la tarea con sumo agrado.
Pues bien, llegando a mis bisabuelos, resulta que exactamente 32 años después de que muriera el abuelo materno de mi padre, nací yo. 32 años. Exactamente la edad que tengo ahora.
¡Qué cosas!
Si esta entrada la hubiese escrito el 27-1 ya habría sido un escándalo... o no... o qué sé yo...
martes, 11 de septiembre de 2007
Presente imperfecto
Estaba; pero no está.
Era; mas no es.
Iba; y ya no va.
Amaba; y, sin embargo, sigue amando
Era; mas no es.
Iba; y ya no va.
Amaba; y, sin embargo, sigue amando
viernes, 7 de septiembre de 2007
lunes, 3 de septiembre de 2007
lunes, 23 de julio de 2007
Cerrado por vacaciones
En efecto, el sábado fue el primer día de una nueva intentona. Así que ahora toca hacer lo mismo que los músculos: crecer mientras uno duerme.
Tan importante como ejercitarse es el descansar adecuadamente.
No vendrán nada mal dos meses para convencerme de que uno nunca sabe donde está su suerte; que el curso que viene me ofrecerá las mejores batallas, porque serán las que, en efecto, viviré; que el camino seguido ha sido el adecuado y que hay que insistir en él.
Bien es cierto, que también habrá que purgar la machacona herida que infringe el saber que un 9.26 se queda fuera, mientras que un 5.295, cuyo único y 'plausible' mérito es el de estar en el lugar preciso en el momento adecuado, se acaba llevando el premio gordo....
Hasta Septiembre, pues... o no... o qué sé yo...
Tan importante como ejercitarse es el descansar adecuadamente.
No vendrán nada mal dos meses para convencerme de que uno nunca sabe donde está su suerte; que el curso que viene me ofrecerá las mejores batallas, porque serán las que, en efecto, viviré; que el camino seguido ha sido el adecuado y que hay que insistir en él.
Bien es cierto, que también habrá que purgar la machacona herida que infringe el saber que un 9.26 se queda fuera, mientras que un 5.295, cuyo único y 'plausible' mérito es el de estar en el lugar preciso en el momento adecuado, se acaba llevando el premio gordo....
Hasta Septiembre, pues... o no... o qué sé yo...
viernes, 20 de julio de 2007
Cómputo global
El entrenamiento estuvo muy bien organizado y aplicado. La estrategia de la eapa fue impecable. El ataque magistral, preciso y mortífero. No faltó esa pizca de suerte que siempre se necesita. Sobrepasada la línea de meta no quedaba ni un resquicio de energía.
La etapa fue prácticamente perfecta.
Infelizmente, según se van conociendo los tiempos de los corredores, todo parece indicar que mañana será el primer día de una nueva intentona.
La etapa fue prácticamente perfecta.
Infelizmente, según se van conociendo los tiempos de los corredores, todo parece indicar que mañana será el primer día de una nueva intentona.
sábado, 14 de julio de 2007
viernes, 13 de julio de 2007
Meta
Después de tanto esfuerzo, al fin, el opositor de este año puede avistar la ansiada meta.
Faltan 4 kilómetros; pero, al menos, ya está fijado el final de la etapa, el momento de bajarse de la bicicleta, el inicio del descanso, el término de tanto esfuerzo, preparación y derroche de energías.
Además, el opositor de este año ha recibido referencias de etapas anteriores. Antes de la etapa reina estaba situado en el puesto 412 de 579. Hay mucho que remontar; pero al final de la primera parte del España-Malta el resultado era de 3-1...
Así que, a partir del lunes, se comenzará a computar los tiempos totales y ver qué opciones hay de ganar esta gran ronda.
Faltan 4 kilómetros; pero, al menos, ya está fijado el final de la etapa, el momento de bajarse de la bicicleta, el inicio del descanso, el término de tanto esfuerzo, preparación y derroche de energías.
Además, el opositor de este año ha recibido referencias de etapas anteriores. Antes de la etapa reina estaba situado en el puesto 412 de 579. Hay mucho que remontar; pero al final de la primera parte del España-Malta el resultado era de 3-1...
Así que, a partir del lunes, se comenzará a computar los tiempos totales y ver qué opciones hay de ganar esta gran ronda.
miércoles, 11 de julio de 2007
Incontinencia verbal
La primera impresión que me llevo de la gente que me habla muy rápido suele ser mala.
Y es que hay dos posibilidades: o intuyo que me quieren esconder algo, o me obligan a realizar un esfuerzo de atención y concentración.
En el primer caso, la primera impresión queda refrendada con el paso de las conversaciones; y paso a calificar a tales personajes como 'vendedores de humo'. Si tales vendedores son buenos a la hora de lograr su venta pues, al menos, les reconozco algún mérito. Lo peor de lo peor es cuando, además, venden mal. En este caso, los 'malos vendedores de humo' son, a todas luces, personal a evitar.
Si quien habla rápido me obliga a concentrarme al máximo, la molestia viene por esa tarea añadida. Así que, por respeto a mi interlocutor y para mantener una conversación coherente, acabo dedicándome de pleno al diálogo; a pesar de la probable migraña. Y es que en este conjunto de personas, también tengo dos subconjuntos: los que dicen muchas cosas seguidas y los que repiten el mismo concepto varias veces.
El primer caso es el peor. Y es que en cualquier momento puedes perder el hilo (y no volver a recuperarlo) y el resto de la conversación será un sinsentido.
La segunda opción es más entretenida. Ya que el diálogo se convierte en un puzzle en el que voy recopilando las distintas piezas en cada una de las diversas repeticiones de la historia.
El problema de toda esta disertación es que parece que esto ocurre en todos los idiomas. Y es que ayer, cuando regresaba a casa, en la radio del coche sonaba una canción en la que, en un momento dado, se podía oir 'I feel sad inside'..... ¿o era 'I feel satisfied'?... Y entonces mi primer pensamiento fue '¡¡carajo, qué rápido hablan estos ingleses!!... o no... o qué sé yo'
P.D. Leedme despacio, por favor.
Y es que hay dos posibilidades: o intuyo que me quieren esconder algo, o me obligan a realizar un esfuerzo de atención y concentración.
En el primer caso, la primera impresión queda refrendada con el paso de las conversaciones; y paso a calificar a tales personajes como 'vendedores de humo'. Si tales vendedores son buenos a la hora de lograr su venta pues, al menos, les reconozco algún mérito. Lo peor de lo peor es cuando, además, venden mal. En este caso, los 'malos vendedores de humo' son, a todas luces, personal a evitar.
Si quien habla rápido me obliga a concentrarme al máximo, la molestia viene por esa tarea añadida. Así que, por respeto a mi interlocutor y para mantener una conversación coherente, acabo dedicándome de pleno al diálogo; a pesar de la probable migraña. Y es que en este conjunto de personas, también tengo dos subconjuntos: los que dicen muchas cosas seguidas y los que repiten el mismo concepto varias veces.
El primer caso es el peor. Y es que en cualquier momento puedes perder el hilo (y no volver a recuperarlo) y el resto de la conversación será un sinsentido.
La segunda opción es más entretenida. Ya que el diálogo se convierte en un puzzle en el que voy recopilando las distintas piezas en cada una de las diversas repeticiones de la historia.
El problema de toda esta disertación es que parece que esto ocurre en todos los idiomas. Y es que ayer, cuando regresaba a casa, en la radio del coche sonaba una canción en la que, en un momento dado, se podía oir 'I feel sad inside'..... ¿o era 'I feel satisfied'?... Y entonces mi primer pensamiento fue '¡¡carajo, qué rápido hablan estos ingleses!!... o no... o qué sé yo'
P.D. Leedme despacio, por favor.
martes, 10 de julio de 2007
lunes, 9 de julio de 2007
domingo, 8 de julio de 2007
sábado, 7 de julio de 2007
A tumba abierta
El vertiginoso descenso tenía dos puntos clave, dos curvas definitivas. Según se negociasen, así sería el resultado final.
El opositor de este año lo sabía y, por eso, prefirió imprimir un altísimo ritmo en las rectas para, así, poder afrontar esos giros con la antelación y templanza necesarias. Procuraría escoger la mejor trazada y ejecutarla al milímetro. Sin embargo, la soledad del escapado jugaba en su contra. No habría nadie que valiese de referencia, ninguna rueda que seguir, no sabía si había que arriesgar para aumentar la ventaja o para evitar que el grupo se acercase, desconocía hasta qué punto convenía ser prudente para racionar la diferencia adquirida.
Unos metros antes de llegar al primer punto clave sobrevinieron la inseguridad, el temor, el cansancio y el nerviosismo. ¿Fue tiempo perdido? ¿Fue tiempo de descanso necesario? Quien lo sabe.
Lo cierto es que al final el giro se hizo inminente y las ganas de triunfo vencieron a cualquier otra sensación. Fue un virage difícil. Pero la confianza en el trabajo acumulado del opositor de este año jugó un papel crucial. A pesar de que el inicio de la trazada no fue todo lo bien que se desearía, la persistencia en esa forma de trazar consiguió que se enfilase la salida de la curva de forma airosa. Quizá no había ganado tiempo; a lo mejor no había pasado el trance de la forma más elegante, limpia y ortodoxa; pero no perdió tiempo gracias al estilo mantenido en esos momentos críticos.
Ahora faltan 10 kilómetros para alcanzar la meta. Antes del final de etapa está el la segunda dificultad a salvar. De nuevo, habrá que intentar obtener la máxima ventaja posible, habrá que dosificar las fuerzas para llegar en el momento óptimo, habrá que ser arriesgado y estar seguro al mismo tiempo, habrá que regular esfuerzos para no extenuarse pero, tampoco, para que haya lugar a la duda de si se pudo forzar más.
Al menos, esta vez, el opositor de este año tiene la motivación añadida de que al fin, y después de una durísima etapa, cruzará la línea de llegada.
El opositor de este año lo sabía y, por eso, prefirió imprimir un altísimo ritmo en las rectas para, así, poder afrontar esos giros con la antelación y templanza necesarias. Procuraría escoger la mejor trazada y ejecutarla al milímetro. Sin embargo, la soledad del escapado jugaba en su contra. No habría nadie que valiese de referencia, ninguna rueda que seguir, no sabía si había que arriesgar para aumentar la ventaja o para evitar que el grupo se acercase, desconocía hasta qué punto convenía ser prudente para racionar la diferencia adquirida.
Unos metros antes de llegar al primer punto clave sobrevinieron la inseguridad, el temor, el cansancio y el nerviosismo. ¿Fue tiempo perdido? ¿Fue tiempo de descanso necesario? Quien lo sabe.
Lo cierto es que al final el giro se hizo inminente y las ganas de triunfo vencieron a cualquier otra sensación. Fue un virage difícil. Pero la confianza en el trabajo acumulado del opositor de este año jugó un papel crucial. A pesar de que el inicio de la trazada no fue todo lo bien que se desearía, la persistencia en esa forma de trazar consiguió que se enfilase la salida de la curva de forma airosa. Quizá no había ganado tiempo; a lo mejor no había pasado el trance de la forma más elegante, limpia y ortodoxa; pero no perdió tiempo gracias al estilo mantenido en esos momentos críticos.
Ahora faltan 10 kilómetros para alcanzar la meta. Antes del final de etapa está el la segunda dificultad a salvar. De nuevo, habrá que intentar obtener la máxima ventaja posible, habrá que dosificar las fuerzas para llegar en el momento óptimo, habrá que ser arriesgado y estar seguro al mismo tiempo, habrá que regular esfuerzos para no extenuarse pero, tampoco, para que haya lugar a la duda de si se pudo forzar más.
Al menos, esta vez, el opositor de este año tiene la motivación añadida de que al fin, y después de una durísima etapa, cruzará la línea de llegada.
viernes, 6 de julio de 2007
Humor geométrico
- ¡¡Mamá, mamá!! ¿Por qué cuando camino voy siempre en círculos?
- ¡¡Cállate, niño!!... o te clavo el otro zapato al suelo.
- ¡¡Cállate, niño!!... o te clavo el otro zapato al suelo.
miércoles, 4 de julio de 2007
La lluvia nunca vuelve hacia arriba
La primera vez que escuché esta hermosa canción de Pedro Guerra fue hace unos 8 años, creo. Lo que sí recuerdo perfectamente es que fue al salir de un examen de Sistemas Dinámicos. Era sábado. Y es que en toda la carrera sólo tuve dos exámenes en sábado: ese y un más que entrañable 27 de Enero en 3º.
El caso es que el examen me había salido razonablemente bien y, por ello, estaba contento. Me subí al coche, encendí la radio y sonó la canción. La verdad es que fue un amor a primera vista (audición, mejor dicho). Era la banda sonora adecuada y precisa para aquel instante. Nada más terminar la canción, apagué la radio para poder tararearla, una y otra vez, durante mi viaje de regreso a casa. Al llegar, me di cuenta de que no sabía qué decía la canción. Sólo me sabía el estribillo. Pero daba igual. Estaba contento y aquella canción magnificaba tal sensación, y eso era lo que importaba.
Años más tarde me reencontré con esta canción; pero la situación era diametralmente opuesta. Sin embargo, en esta ocasión, podía escuchar la canción una y otra vez, y detenerme a escudriñar su mensaje. Y fue bueno. Esa mezcla de resignación y rebeldía era lo que sentía y lo que necesitaba escuchar. Ese 'todo lo que un día ocurrió se termina' combinado con el 'y si no dudas todo puede pasar' fue sumamente terapéutico.
Anteayer regresó esta canción a mi memoria, al relacionar la derrota del opositor del año pasado y la escapada del opositor de este año. Y esta vez, conscientemente, fui en busca de la canción. Y la puse una y otra vez. Y me aportó aquella alegría de la primera vez, aquella nostalgia de la siguiente y estos ánimos para cambiar lo que uno quiera si se lo propone y trabaja duro por ello.
Disfrutadla... o no... o qué sé yo...
El caso es que el examen me había salido razonablemente bien y, por ello, estaba contento. Me subí al coche, encendí la radio y sonó la canción. La verdad es que fue un amor a primera vista (audición, mejor dicho). Era la banda sonora adecuada y precisa para aquel instante. Nada más terminar la canción, apagué la radio para poder tararearla, una y otra vez, durante mi viaje de regreso a casa. Al llegar, me di cuenta de que no sabía qué decía la canción. Sólo me sabía el estribillo. Pero daba igual. Estaba contento y aquella canción magnificaba tal sensación, y eso era lo que importaba.
Años más tarde me reencontré con esta canción; pero la situación era diametralmente opuesta. Sin embargo, en esta ocasión, podía escuchar la canción una y otra vez, y detenerme a escudriñar su mensaje. Y fue bueno. Esa mezcla de resignación y rebeldía era lo que sentía y lo que necesitaba escuchar. Ese 'todo lo que un día ocurrió se termina' combinado con el 'y si no dudas todo puede pasar' fue sumamente terapéutico.
Anteayer regresó esta canción a mi memoria, al relacionar la derrota del opositor del año pasado y la escapada del opositor de este año. Y esta vez, conscientemente, fui en busca de la canción. Y la puse una y otra vez. Y me aportó aquella alegría de la primera vez, aquella nostalgia de la siguiente y estos ánimos para cambiar lo que uno quiera si se lo propone y trabaja duro por ello.
Disfrutadla... o no... o qué sé yo...
lunes, 2 de julio de 2007
Frontón
Cuando estaba en el instituto, la mayor diversión que disfrutaba en los recreos era jugar la de frontón con mis compañeros. Jugábamos con una pelota de tenis, y regresábamos a las aulas con las manos hinchadas y las pulsaciones aceleradas. Lo pasábamos muy bien.
Jugábamos uno contra uno, dos contra dos, tres contra tres e, incluso, cuatro contra cuatro. Era un deporte en el que la pared ejercía de mensajero. Si alguien enviaba una bola alta y mansa, ésta regresaba suavemente y alcanzaba gran altura después de botar. Si, por el contrario, se ejecutaba una violenta volea, la pelota tornaba súbitamente a la cancha. Si se imprimía un determinado efecto a la bola, ésta, después de tocar en la pared, mantenía ese efecto.
Eran dos equipos, pero un único grupo de personas. Jugando a lo mismo, enviándose mensajes que la pared se encargaba de distribuir. Y lo mejor era que ambos equipos querían ganar. Y hacían lo posible por alcanzar la victoria. Y aunque algunos mensajes cambiasen la dinámica del juego o se ejecutasen para derrotar al otro bando, en realidad, aquello beneficiaba a todos y hacía crecer a los dos equipos. Porque todos los contendientes aprendían en cada jugada, en cada mensaje.
Lo que todos detestaban era cuando jugaba alguien sin ganas, sin afán de victoria, sin una mínima intención de responder a los mensajes con más mensajes. Aquellas victorias eran inútiles porque jugar contra alguien que no devolvía mensajes era como pretender que el Sol no de calor.
¡¡Qué buenos tiempos los recreos en el frontón!!
Jugábamos uno contra uno, dos contra dos, tres contra tres e, incluso, cuatro contra cuatro. Era un deporte en el que la pared ejercía de mensajero. Si alguien enviaba una bola alta y mansa, ésta regresaba suavemente y alcanzaba gran altura después de botar. Si, por el contrario, se ejecutaba una violenta volea, la pelota tornaba súbitamente a la cancha. Si se imprimía un determinado efecto a la bola, ésta, después de tocar en la pared, mantenía ese efecto.
Eran dos equipos, pero un único grupo de personas. Jugando a lo mismo, enviándose mensajes que la pared se encargaba de distribuir. Y lo mejor era que ambos equipos querían ganar. Y hacían lo posible por alcanzar la victoria. Y aunque algunos mensajes cambiasen la dinámica del juego o se ejecutasen para derrotar al otro bando, en realidad, aquello beneficiaba a todos y hacía crecer a los dos equipos. Porque todos los contendientes aprendían en cada jugada, en cada mensaje.
Lo que todos detestaban era cuando jugaba alguien sin ganas, sin afán de victoria, sin una mínima intención de responder a los mensajes con más mensajes. Aquellas victorias eran inútiles porque jugar contra alguien que no devolvía mensajes era como pretender que el Sol no de calor.
¡¡Qué buenos tiempos los recreos en el frontón!!
sábado, 30 de junio de 2007
Insomnio
En condiciones normales, únicamente sufro insomnio los domingos. Quizá, mi reloj biológico impone que haga resumen de la semana y que asuma lo que he de afrontar durante los próximos 7 días. Dichas disquisiciones dominicales no suelen prolongarse más allá de las 3 de la madrugada, y el cansancio que generan suele subsanarse con una hora más de sueño de lo habitual al día siguiente.
El problema de la semana pasada fue que no me encontraba en condiciones normales. El domingo mi habitual desvelo se prolongó hasta las seis de la mañana. Al día siguiente, y ante mi acuciante cansancio adelanté mi deseado encuentro con Morfeo una hora... pero Morfeo se retrasó y no apareció hasta más allá de las 4.30 de la madrugada. El martes ocurrió lo mismo que el lunes y el miércoles.... el miércoles el opositor de este año estaba hecho una piltrafa; pero la tensión conseguía mantenerlo presto y dispuesto a seguir librando su encarnizada batalla. Y al final apareció Morfeo a una hora prudencial; aunque casi fue peor el remedio que la enfermedad. Al opositor de este año se le dio por soñar que estaba en pleno descenso de la última cima de la etapa reina de la carrera. Pero no era su bicicleta, ni su dorsal; sino que defendía, sorpresivamente, sin haber entrenado en absoluto y a lomos de un patinete, los intereses de uno de los compañeros de Jorge. Al despertar, la angustia generada era sumamente latente.
En definitiva, un desbarajuste bastante puñetero... o no... o qué sé yo...
miércoles, 27 de junio de 2007
Miscible
Hace un par de días andaba yo por esos blogs de la red y en una entrada aparecía la palabra 'miscible'.
Desde entonces, esa palabra, en un contexto y connotaciones similares no cesan de reproducirse en mi mente. El modo en que era utilizada era preciso, exacto, infinitamente descriptivo, en suma, el único posible para su propósito. Cual guante a su mano, como el agua a una botella, como el río a su cauce.
Y era así porque describía perfectamente algo que, en ocasiones, evoco nostálgicamente. Era como si alguien entrase en mi subconsciente, embocase el corredor de los deseos, extrajese uno de los más añejos y, a continuación, lo plasmara con palabras incluso con mayor precisión, detalle y sutileza de lo que mi psique podría hacer jamás.
Puede que la mezcla (¡qué curioso!) de esa lectura con mis añoranzas crearan una fantasía perfecta que me gustaría volver a vivir algún día.
Sea como fuere, muchas gracias Cat Ballou.
martes, 26 de junio de 2007
Paseniño, paseniño
Paseniño, paseniño
vou pola tarde calada
de Bastabales camiño.
Camiño do meu
contento;
i en tanto o sol non se
esconde
nunha pedriña me sento.
E sentada estou mirando
como a lua vai saindo,
como o sol se vai
deitando.
Cal se deita, cal se esconde
mentres tanto corre a lua
sin saberse para donde.
Rosalía de Castro
vou pola tarde calada
de Bastabales camiño.
Camiño do meu
contento;
i en tanto o sol non se
esconde
nunha pedriña me sento.
E sentada estou mirando
como a lua vai saindo,
como o sol se vai
deitando.
Cal se deita, cal se esconde
mentres tanto corre a lua
sin saberse para donde.
Rosalía de Castro
lunes, 25 de junio de 2007
100 momentos de felicidad
Y allí estábamos todos, intentando disimular como buenamente podíamos los nervios y la tensión que nos recorría el cuerpo de arriba a abajo. A todos y cada uno de nosotros.
La meta perseguida era la misma de todos los años; pero en esta ocasión el trazado era diferente. En principio, beneficiaba a los rodadores más que a los escaladores natos. Ahora había cinco repechos importantes pero de escasa longitud. Además, la ventaja adquirida en etapas anteriores permitía a los no escaladores ceder algo de tiempo en el exigente ascenso.
Pero ya se sabe que hasta que se cruza la meta todo puede ocurrir.
La primera dificultad no fue tal en realidad. De hecho, fue la salvación de gran parte del pelotón para que la etapa no desembocase en un fiasco.
La segunda curva elevó la exigencia; pero nadie osó atacar al grupo y tomar distancias.
La tercera pendiente sorprendió a todos. Nos mirábamos con estupor. Fue imposible afrontarla con una mínima esperanza global de éxito. Así que se impuso una marcheta de grupo que encaminase al colectivo al siguiente trance. Pasaban las dificultades y nadie atacaba. Ya teníamos bastante con medir las propias fuerzas y decidir si sería beneficioso atacar o si la preciada oportunidad se había desvanecido ante nuestras narices.
La cuarta curva incrementó la incertidumbre. Los escaladores no veían terreno propicio y los rodadores seguían con el miedo en el cuerpo y bastante habían hecho al no haber perdido rueda en la primera curva.
Pero la última curva decidió. Era muy similar a la cuarta. Análogo trazado y pendientes casi idéndicas. Y el opositor de este año se percató de ello y se anticipó al resto del pelotón. Se dejó caer a la cola del grupo, tomó aire, ajustó el escalpié, bebió agua, se levantó sobre la bicicleta y demarró con todas sus fuerzas.
Sin mirar atrás, dejó el alma en cada pedalada. Aferrándose al manillar, invirtió todas las horas de entrenamiento en aquella decisiva carretera. Le dolían las piernas, pero ese dolor significaba que la ventaja se iba incrementando. Apretó los dientes y se dirigió como un poseso en busca de la cumbre.
No sabía lo que acontecía por atrás. Desconocía si la ventaja era mucha o poca. Pero la satisfacción de haberse vacíado en aquella ascensión recompensaba todo el sufrimiento acumulado.
Y ahora el opositor de este año afronta el descenso. Un delicado ejercicio de precisión y riesgo donde los frenos pueden ser tu mejor aliado o tu peor enemigo. Un arriesgado trayecto en el que un pequeño despiste puede mandarte a la cuneta y echar al traste todo el trabajo realizado. Pero también una disciplina en la que, con una pizca de suerte y la dosis adecuada de riesgo asumido, las ventajas se mantienen o, incluso, se incrementan a favor de los mejor entrenados.
Y al final de todo, la meta. Y entonces, será el momento de tomar tiempos y comprobar la posición de cada uno en la meta y de verificar quien se lleva la clasificación general y quien debe intentarlo otro año.
Lo importante es que, a punto de iniciar el vertiginoso descenso, el opositor de este año está satisfecho y hasta relativamente esperanzado.
En el momento de coronar la cumbre un compañero de equipo le dijo 'dálle caña, hostia. Que esta é a túa'. Y en ello estamos.
La meta perseguida era la misma de todos los años; pero en esta ocasión el trazado era diferente. En principio, beneficiaba a los rodadores más que a los escaladores natos. Ahora había cinco repechos importantes pero de escasa longitud. Además, la ventaja adquirida en etapas anteriores permitía a los no escaladores ceder algo de tiempo en el exigente ascenso.
Pero ya se sabe que hasta que se cruza la meta todo puede ocurrir.
La primera dificultad no fue tal en realidad. De hecho, fue la salvación de gran parte del pelotón para que la etapa no desembocase en un fiasco.
La segunda curva elevó la exigencia; pero nadie osó atacar al grupo y tomar distancias.
La tercera pendiente sorprendió a todos. Nos mirábamos con estupor. Fue imposible afrontarla con una mínima esperanza global de éxito. Así que se impuso una marcheta de grupo que encaminase al colectivo al siguiente trance. Pasaban las dificultades y nadie atacaba. Ya teníamos bastante con medir las propias fuerzas y decidir si sería beneficioso atacar o si la preciada oportunidad se había desvanecido ante nuestras narices.
La cuarta curva incrementó la incertidumbre. Los escaladores no veían terreno propicio y los rodadores seguían con el miedo en el cuerpo y bastante habían hecho al no haber perdido rueda en la primera curva.
Pero la última curva decidió. Era muy similar a la cuarta. Análogo trazado y pendientes casi idéndicas. Y el opositor de este año se percató de ello y se anticipó al resto del pelotón. Se dejó caer a la cola del grupo, tomó aire, ajustó el escalpié, bebió agua, se levantó sobre la bicicleta y demarró con todas sus fuerzas.
Sin mirar atrás, dejó el alma en cada pedalada. Aferrándose al manillar, invirtió todas las horas de entrenamiento en aquella decisiva carretera. Le dolían las piernas, pero ese dolor significaba que la ventaja se iba incrementando. Apretó los dientes y se dirigió como un poseso en busca de la cumbre.
No sabía lo que acontecía por atrás. Desconocía si la ventaja era mucha o poca. Pero la satisfacción de haberse vacíado en aquella ascensión recompensaba todo el sufrimiento acumulado.
Y ahora el opositor de este año afronta el descenso. Un delicado ejercicio de precisión y riesgo donde los frenos pueden ser tu mejor aliado o tu peor enemigo. Un arriesgado trayecto en el que un pequeño despiste puede mandarte a la cuneta y echar al traste todo el trabajo realizado. Pero también una disciplina en la que, con una pizca de suerte y la dosis adecuada de riesgo asumido, las ventajas se mantienen o, incluso, se incrementan a favor de los mejor entrenados.
Y al final de todo, la meta. Y entonces, será el momento de tomar tiempos y comprobar la posición de cada uno en la meta y de verificar quien se lleva la clasificación general y quien debe intentarlo otro año.
Lo importante es que, a punto de iniciar el vertiginoso descenso, el opositor de este año está satisfecho y hasta relativamente esperanzado.
En el momento de coronar la cumbre un compañero de equipo le dijo 'dálle caña, hostia. Que esta é a túa'. Y en ello estamos.
lunes, 18 de junio de 2007
viernes, 15 de junio de 2007
Laplace (II)
Y ya puestos a jugar con la Probabilidad, lo suyo sería simular la maldita/bendita extracción. Es decir, digan ustedes cinco números distintos que estén comprendidos entre el 1 y el 71 (ambos incluídos).
Si alguna de esas combinaciones es una de las 35 de 10000 que me obligarían a destrozar una tapa de un BIC, pues mejor (ya que se supone que es mucho más difícil que ese suceso tenga lugar dos veces). Si todas las combinaciones son válidas eso animaría al opositor de este año, y como hay 9935 cartas favorables en esta baraja, tampoco ocurre nada raro si se utilizan 20 o 30 antes de la extracción definitiva.
Así que, lectores habituales o esporádicos, comentaristas, anónimos y demás blogueiros..... ¡¡¡participad y enviadme vuestra combinación maldita!!!
... o no... o qué sé yo...
Si alguna de esas combinaciones es una de las 35 de 10000 que me obligarían a destrozar una tapa de un BIC, pues mejor (ya que se supone que es mucho más difícil que ese suceso tenga lugar dos veces). Si todas las combinaciones son válidas eso animaría al opositor de este año, y como hay 9935 cartas favorables en esta baraja, tampoco ocurre nada raro si se utilizan 20 o 30 antes de la extracción definitiva.
Así que, lectores habituales o esporádicos, comentaristas, anónimos y demás blogueiros..... ¡¡¡participad y enviadme vuestra combinación maldita!!!
... o no... o qué sé yo...
martes, 12 de junio de 2007
Laplace
Según el Cálculo de Probabilidades, en unos 9935 casos de 10000 posibles el opositor de este año estará en disposición de competir, de luchar, de desplegar a sus legionarios y batirse en buena lid.
En unos 9935 casos habrá que exprimir la neurona y Pepito Grillo no tendrá ni voz ni voto hasta, al menos, el segundo combate de este año.
En 65 de 10000 casos habrá que intentar cortarse las venas con la tapa de un BIC... o no... o qué sé yo...
sábado, 9 de junio de 2007
En barrena
El proceso fue el siguiente:
el viernes pasado estaba con Anxo y con pepedante en un restaurante turco. A la hora de elegir la comanda lo más práctico fue referirnos a cada plato con el número que tenía asignado en la carta. Y tuvo que pasar.
Anxo dijo: "el 13"
Se hizo un silencio y, automática e inconscientemente, el opositor del año pasado y el de este año contestaron al unísono: "polinomios".
La risa fue generalizada. Y Anxo añadió: "Joder, si es que hay detalles que te dicen que estás en casa y no hay vuelta de hoja"
Al domingo siguiente recibí un sms de Anxo: "que sepas que eres una mala influencia. No me puedo resistir a decir 'polinomios' siempre que escucho o veo el número 13".
Dos días más tarde, ojeando la página del programa de televisión de Buenafuente, vi un corte en el que aparecía el Neng comentando el video de Tatagolosa titulado 'Micrófonos'.
Y ahí se produjo la evacle neuronal: mezclé el vídeo con los polinomios, y desde aquel día se repite una y otra vez ese vídeo en mi mente... con la salvedad de que en vez de oirse 'micrófonos' se repite la palabra 'polinomios'.
Conclusión: necesito una desintoxicación neuronal urgentemente.... o no... o qué sé yo...
el viernes pasado estaba con Anxo y con pepedante en un restaurante turco. A la hora de elegir la comanda lo más práctico fue referirnos a cada plato con el número que tenía asignado en la carta. Y tuvo que pasar.
Anxo dijo: "el 13"
Se hizo un silencio y, automática e inconscientemente, el opositor del año pasado y el de este año contestaron al unísono: "polinomios".
La risa fue generalizada. Y Anxo añadió: "Joder, si es que hay detalles que te dicen que estás en casa y no hay vuelta de hoja"
Al domingo siguiente recibí un sms de Anxo: "que sepas que eres una mala influencia. No me puedo resistir a decir 'polinomios' siempre que escucho o veo el número 13".
Dos días más tarde, ojeando la página del programa de televisión de Buenafuente, vi un corte en el que aparecía el Neng comentando el video de Tatagolosa titulado 'Micrófonos'.
Y ahí se produjo la evacle neuronal: mezclé el vídeo con los polinomios, y desde aquel día se repite una y otra vez ese vídeo en mi mente... con la salvedad de que en vez de oirse 'micrófonos' se repite la palabra 'polinomios'.
Conclusión: necesito una desintoxicación neuronal urgentemente.... o no... o qué sé yo...
viernes, 8 de junio de 2007
jueves, 7 de junio de 2007
Alpe d´Huez
Ya se ha sobrepasado el comienzo de puerto. Quedan 25 curvas. Ahora es cuando hay que apretar los dientes y aplicar al máximo lo entrenado durante todo el año. Sólo quedan los mejores; pero no todos saldrán victoriosos.
Es ahora cuando el dolor debe ser casi adictivo y hasta satisfactorio. Es cuando el 'no puedo más' debe carecer de sentido. Es cuando cada mínimo descanso es una inversión para afrontar la próxima rampa con, incluso, mayor energía.
Es hora de dar el 200%. De imponer un ritmo infernal hasta sobrepasar la meta y, si es posible, atacar y dejar detrás al pelotón.
Así, una vez sobrepasada la meta, siempre quedará el consuelo de haber dado el máximo. De haberlo intentado todo.
Si no se vence que sea porque otros hayan entrenado mejor o porque tenían ventaja de etapas anteriores; pero nunca por no haber escrutado al milímetro cada método en pos de la victoria.
Primera selección del pelotón: 23 de Junio a las 9 de la mañana en Lugo.
martes, 5 de junio de 2007
Cabezas de dragón
Cabeza de dragón #1: Pues a mí ahora las Matemáticas me empiezan a gustar. Porque en primero y en segundo no me gustaban; pero ahora....
La sonrisa disimulada de Jorge pretendía esconder la satisfacción producida por la parte que le tocaba (por pequeña que fuera) de ese cambio de opinión en ese dragón.
Cabeza de dragón #2: Es que con Jorge las Matemáticas molan.
Jorge fijó su mirada en el encerado y procuró no girarse para ocultar la expresión de su rostro y que surgieran infundadas suspicacias. Al mismo tiempo, se pudieron oir los lógicos reproches:
Cabezas de dragón: ¡Mira que eres pelota, carallo! ¡Ya sé yo por qué aprueba este!...
Pero Jorge se quedó con la alegría de saber que tanto esfuerzo en tantas batallas son útiles, al menos, para dos dragones.
La sonrisa disimulada de Jorge pretendía esconder la satisfacción producida por la parte que le tocaba (por pequeña que fuera) de ese cambio de opinión en ese dragón.
Cabeza de dragón #2: Es que con Jorge las Matemáticas molan.
Jorge fijó su mirada en el encerado y procuró no girarse para ocultar la expresión de su rostro y que surgieran infundadas suspicacias. Al mismo tiempo, se pudieron oir los lógicos reproches:
Cabezas de dragón: ¡Mira que eres pelota, carallo! ¡Ya sé yo por qué aprueba este!...
Pero Jorge se quedó con la alegría de saber que tanto esfuerzo en tantas batallas son útiles, al menos, para dos dragones.
lunes, 4 de junio de 2007
viernes, 1 de junio de 2007
26 meses
26 meses estuve allí.
26 meses monótonos, rutinarios, asfixiantes, alienantes.
26 meses en los que 5 de cada 7 días estaba donde no quería estar y medio día más pensando que me tenía que ir.
26 meses de retrasos en los aviones.
26 meses de noches de domingo en vela cavilando como cambiar aquello.
26 meses en los que los malos momentos eran cualquier momento.
26 meses en los que los buenos momentos eran especialmente buenos por el simple motivo de que conseguían que el tiempo pasase rápidamente.
26 meses notándome acento madrileño los viernes por la tarde y acento gallego los lunes por la mañana.
26 meses presenciando en primera fila la mala educación, la chulería y la prepotencia.
26 meses en los que expresiones como 'ej que loj cajcoj ejtán jodidos' o 'tráemele que me le leo' perforaban mís tímpanos sin piedad.
26 meses sufriendo las aglomeraciones del metro.
26 meses casi sin lluvia, casi sin verde, casi sin mar.
26 meses para aprender que la paciencia no debe ser la única solución.
26 meses diciéndonos 'si yo no quiero irme y tú no quieres que me vaya, ¿por qué cojones me voy?'
Odié, odio y odiaré, al menos durante 26 eternidades, a Madrid.
26 meses monótonos, rutinarios, asfixiantes, alienantes.
26 meses en los que 5 de cada 7 días estaba donde no quería estar y medio día más pensando que me tenía que ir.
26 meses de retrasos en los aviones.
26 meses de noches de domingo en vela cavilando como cambiar aquello.
26 meses en los que los malos momentos eran cualquier momento.
26 meses en los que los buenos momentos eran especialmente buenos por el simple motivo de que conseguían que el tiempo pasase rápidamente.
26 meses notándome acento madrileño los viernes por la tarde y acento gallego los lunes por la mañana.
26 meses presenciando en primera fila la mala educación, la chulería y la prepotencia.
26 meses en los que expresiones como 'ej que loj cajcoj ejtán jodidos' o 'tráemele que me le leo' perforaban mís tímpanos sin piedad.
26 meses sufriendo las aglomeraciones del metro.
26 meses casi sin lluvia, casi sin verde, casi sin mar.
26 meses para aprender que la paciencia no debe ser la única solución.
26 meses diciéndonos 'si yo no quiero irme y tú no quieres que me vaya, ¿por qué cojones me voy?'
Odié, odio y odiaré, al menos durante 26 eternidades, a Madrid.
martes, 29 de mayo de 2007
Sequía
Se nota que estamos a finales de Mayo.
Mi cerebro parece estar saturado y ni admite más soluto que aumente la concentración de conocimientos, ni consigue mantener la sesuda reacción que proporciona más productos imaginativos con los que alimentar este blog. Si así fuese, se reduciría el volumen de la disolución cerebral que parece alcanzar los límites de mi cráneo pretendiendo expandirse más allá de ellos para que, de esta forma, la presión disminuya.
Así que he optado por un viejo recurso. Escribir que no tengo nada que escribir. De este modo, dicha paradoja me llevará a publicar una entrada más y así ganar tiempo para que, con suerte, en algún momento de reposo se me ocurra algo original que añadir a este cuaderno de bitácora.
Creo que esta situación durará, al menos, un mes y medio. Las prioridades serán las de mantener lo más activas posible las neuronas pertenecientes al ejército del opositor de este año. Luego, las neuronas de Jorge deberán terminar sus batallas lo mejor posible y procurando que no polemicen demasiado con el resto de neuronas. Y, por último, las neuronas de las rutinas diarias deberían de seguir su silencioso, machacón y periódico cometido día a día.
Así que procuraré reservar media neurona malherida para ir relatando las actividades del resto de neuronas... o no... o qué sé yo...
Mi cerebro parece estar saturado y ni admite más soluto que aumente la concentración de conocimientos, ni consigue mantener la sesuda reacción que proporciona más productos imaginativos con los que alimentar este blog. Si así fuese, se reduciría el volumen de la disolución cerebral que parece alcanzar los límites de mi cráneo pretendiendo expandirse más allá de ellos para que, de esta forma, la presión disminuya.
Así que he optado por un viejo recurso. Escribir que no tengo nada que escribir. De este modo, dicha paradoja me llevará a publicar una entrada más y así ganar tiempo para que, con suerte, en algún momento de reposo se me ocurra algo original que añadir a este cuaderno de bitácora.
Creo que esta situación durará, al menos, un mes y medio. Las prioridades serán las de mantener lo más activas posible las neuronas pertenecientes al ejército del opositor de este año. Luego, las neuronas de Jorge deberán terminar sus batallas lo mejor posible y procurando que no polemicen demasiado con el resto de neuronas. Y, por último, las neuronas de las rutinas diarias deberían de seguir su silencioso, machacón y periódico cometido día a día.
Así que procuraré reservar media neurona malherida para ir relatando las actividades del resto de neuronas... o no... o qué sé yo...
domingo, 27 de mayo de 2007
Extensiones
Estaba Jorge en el "saloncito" compartiendo descanso con sus compañeros de batalla. El tema de conversación eran las extensiones que se había puesto una de las integrantes de aquel grupillo.
Jorge 2: "Non sodes auténticas. Sodes unhas mentirosas. Un non se pode fiar de vós porque non sabe o que é auténtico ou o que é postizo".
Giorgina 1: "Lo que tú quieras; pero si no nos depilásemos, ni nos maquillásemos ni nada de todo eso que criticas ni os acercaríais a nosotras".
Jorge 2: "Pero ese non é o tema. O tema é que non sodes auténticas"
Jorge: "Más que eso, porque a fin de cuentas yo creo que todos nos disfrazamos de vez en cuando, a mí lo que me desespera es que nunca están contentas. Les dura la ilusión unos días, pero luego ya están pensando en cambiar. Por ejemplo, la que tiene el pelo rizo lo quiere tener liso, la que lo tiene largo lo quiere corto, la que lo tiene liso se lo rizo, la morena quiere ser rubia o cobriza o pelirroja, la que lo tiene corto se pone extensiones, o se dejan rastas y ya las odian a los 15 días.... nunca están contentas y siempre quieren tener lo que no tienen... o peor aún, lo quieren tener todo"
Giorgina 2: "Sí, somos así. Nunca estamos contentas y lo queremos tener todo. Hasta es probable que si tuviéramos todo, aún así, no estaríamos contentas"
Se hizo el silencio. Un silencio que parecía representar el apoyo unánime a esta última afirmación.
Y Jorge tuvo que saborear el amargo sabor de saber que tenía tanta razón como inútil era tenerla.
Jorge 2: "Non sodes auténticas. Sodes unhas mentirosas. Un non se pode fiar de vós porque non sabe o que é auténtico ou o que é postizo".
Giorgina 1: "Lo que tú quieras; pero si no nos depilásemos, ni nos maquillásemos ni nada de todo eso que criticas ni os acercaríais a nosotras".
Jorge 2: "Pero ese non é o tema. O tema é que non sodes auténticas"
Jorge: "Más que eso, porque a fin de cuentas yo creo que todos nos disfrazamos de vez en cuando, a mí lo que me desespera es que nunca están contentas. Les dura la ilusión unos días, pero luego ya están pensando en cambiar. Por ejemplo, la que tiene el pelo rizo lo quiere tener liso, la que lo tiene largo lo quiere corto, la que lo tiene liso se lo rizo, la morena quiere ser rubia o cobriza o pelirroja, la que lo tiene corto se pone extensiones, o se dejan rastas y ya las odian a los 15 días.... nunca están contentas y siempre quieren tener lo que no tienen... o peor aún, lo quieren tener todo"
Giorgina 2: "Sí, somos así. Nunca estamos contentas y lo queremos tener todo. Hasta es probable que si tuviéramos todo, aún así, no estaríamos contentas"
Se hizo el silencio. Un silencio que parecía representar el apoyo unánime a esta última afirmación.
Y Jorge tuvo que saborear el amargo sabor de saber que tenía tanta razón como inútil era tenerla.
jueves, 24 de mayo de 2007
Cabezas de dragón
Estaba Jorge corrigiendo unos exámenes cuando le sorprendió la siguiente respuesta a la pregunta '¿Qué es un mol?':
"Un mol es la cantidad de sustancias que tiene un abogadro."
La carcajada fu espectacular y el subsiguiente pensamiento de Jorge fue: 'si es que ya se sabe que estos pikapleitos andan endrojados con la colacaína esa todo el día. Y la culpa es de los be-moles jejeje'
"Un mol es la cantidad de sustancias que tiene un abogadro."
La carcajada fu espectacular y el subsiguiente pensamiento de Jorge fue: 'si es que ya se sabe que estos pikapleitos andan endrojados con la colacaína esa todo el día. Y la culpa es de los be-moles jejeje'
martes, 22 de mayo de 2007
jueves, 17 de mayo de 2007
Conexión Varadero
Finales de Agosto. Dos catalanes y dos gallegos (entre ellos un culé, un deportivista y un perico) suben al coche de un multicampeón mundial y subcampeón olímpico de canotaje en Atenas. El cualificadísimo atleta, que ahora ejerce de taxista, se dirige a Varadero. Una vez allí, y gracias a las amistades del señor Rojas, entran en un complejo hotelero como si de cualquier otro cliente se tratase.
Mientras el señor Rojas charla con el señor Balseiro, los otros cuatro excursionistas se aproximaron a la piscina del hotel. Allí estaba un grupo de sevillanos sevillistas que habían llegado aquel mismo día.
Curiosamente, en aquellos precisos instantes, el Sevilla y el Barça jugaban la Supercopa de Europa, ayer el Sevilla y el Español jugaron la final de la UEFA, el Deportivo cayó eliminado en semifinales de la Copa del Rey a manos del Sevilla y el Barça y el Sevilla están en plena lucha por alcanzar el título de Liga.
¿Habrá que volver a ir a Varadero para prever lo que ocurrirá en la próxima temporada futbolística?
Sí... o no... o qué sé yo...
Mientras el señor Rojas charla con el señor Balseiro, los otros cuatro excursionistas se aproximaron a la piscina del hotel. Allí estaba un grupo de sevillanos sevillistas que habían llegado aquel mismo día.
Curiosamente, en aquellos precisos instantes, el Sevilla y el Barça jugaban la Supercopa de Europa, ayer el Sevilla y el Español jugaron la final de la UEFA, el Deportivo cayó eliminado en semifinales de la Copa del Rey a manos del Sevilla y el Barça y el Sevilla están en plena lucha por alcanzar el título de Liga.
¿Habrá que volver a ir a Varadero para prever lo que ocurrirá en la próxima temporada futbolística?
Sí... o no... o qué sé yo...
martes, 15 de mayo de 2007
Momento de felicidad
El opositor de este año ya llevaba un tiempo blandiendo sus armas y exigiendo, con vehemencia, el inicio del combate final. Su forma de expresión más notoria a estas alturas es mi malestar estomacal.
Después de un par de semanas fingiendo que dicho malestar no existía, decidí asumirlo y atacarlo. La fecha escogida fue el sábado pasado. Eran las 3 de la tarde y cogí el teléfono. Marqué el número de pepedante y lo cité para asistir al encuentro de la gula aquella misma noche.
Y así fue. Después de una reconfortante caña de cerveza avanzamos por la pequeña cuesta coronada por un luminoso que rezaba 'Ridizio Brasileiro'.
Al fin. Había admitido el nerviosismo estomacal e iba a atacarlo con una opípara ingesta de carne. Además del ataque frontal al aparato digestivo, se trataba de incrementar el marcador de la felicidad. Olvidarme por un momento de las cabezas de dragón, del opositor del año pasado y del de este año, de los fenómenos meteorólogicos, etc. etc. Entregarme en cuerpo y estómago a la gula sin barrera alguna, sin temor a las calorías, saboreando cada bocado.
Y vino el chorizo criollo y el pollo, luego la ternera, el pavo con bacon, el churrasco de ternera, la picaña, el jabalí, la picaña a la piedra, el buey y la piña a la brasa... y volvieron a pasar la picaña, el churrasco de ternera, la picaña a la brasa y la piña. Entre tanto, la sangría iba regando aquella orgía proteínica.
Ineludiblemente, el momento de felicidad se iba gestando con cada mordisco, con cada trago, con cada comentario culinario. Las carcajadas eran cada vez mayores y los bocados cada vez más suculentos y sabrosos. En aquella vorágine de carne y vino y, en un cascarilleiro ataque escatológico, don Serafín comentó:
"Bua neno!! Mañana cuando cague todo esto me voy a elevar sobre mi propia mierda"
Después de una escandalosa y prolongada carcajada pepedante retó:
"¿A qué no hay cojones a escribir eso en tu blog?"
Y en ello estamos, poniendo a resguardo mi reputación testicular... o no... o qué sé yo...
Después de un par de semanas fingiendo que dicho malestar no existía, decidí asumirlo y atacarlo. La fecha escogida fue el sábado pasado. Eran las 3 de la tarde y cogí el teléfono. Marqué el número de pepedante y lo cité para asistir al encuentro de la gula aquella misma noche.
Y así fue. Después de una reconfortante caña de cerveza avanzamos por la pequeña cuesta coronada por un luminoso que rezaba 'Ridizio Brasileiro'.
Al fin. Había admitido el nerviosismo estomacal e iba a atacarlo con una opípara ingesta de carne. Además del ataque frontal al aparato digestivo, se trataba de incrementar el marcador de la felicidad. Olvidarme por un momento de las cabezas de dragón, del opositor del año pasado y del de este año, de los fenómenos meteorólogicos, etc. etc. Entregarme en cuerpo y estómago a la gula sin barrera alguna, sin temor a las calorías, saboreando cada bocado.
Y vino el chorizo criollo y el pollo, luego la ternera, el pavo con bacon, el churrasco de ternera, la picaña, el jabalí, la picaña a la piedra, el buey y la piña a la brasa... y volvieron a pasar la picaña, el churrasco de ternera, la picaña a la brasa y la piña. Entre tanto, la sangría iba regando aquella orgía proteínica.
Ineludiblemente, el momento de felicidad se iba gestando con cada mordisco, con cada trago, con cada comentario culinario. Las carcajadas eran cada vez mayores y los bocados cada vez más suculentos y sabrosos. En aquella vorágine de carne y vino y, en un cascarilleiro ataque escatológico, don Serafín comentó:
"Bua neno!! Mañana cuando cague todo esto me voy a elevar sobre mi propia mierda"
Después de una escandalosa y prolongada carcajada pepedante retó:
"¿A qué no hay cojones a escribir eso en tu blog?"
Y en ello estamos, poniendo a resguardo mi reputación testicular... o no... o qué sé yo...
sábado, 12 de mayo de 2007
Sol
El pasado domingo estaba en la playa tomando el sol y, entre cabezadita y cabezadita, mi neurona más rebelde empezó a barruntar (por no perder la costumbre, vaya).
Estábamos a principios de Mayo y ya hacía más de un mes que añoraba una tarde como aquella. Sin nubes, sin viento, sin niebla, sólo sol y nada más que sol. Me tumbaría en la arena y lo disfrutaría plenamente, en silencio, saboreando su calor, su energía, su rotundidad. Y así lo hice. El sol es paciente, siempre está ahí, no se arrebata ni aparece o desaparece súbitamente. Si, de repente, se ponen unas nubes delante de él ni se inmuta. Sabe que, tarde o temprano, desaparecerán para, a continuación, recuperar su protagonismo. Si hay niebla, el sol sabe que, antes o después, su calor hará que ésta se diluya. Y con el viento mantiene una buena relación en la que ambos se respetan mutuamente y en la que pueden cohabitar conjuntamente sin problema alguno.
En medio de estas calenturientas disquisiciones, caí en la cuenta de que pronto llegará el verano. Y más tardes como aquella se repetirán una tras otra, día tras día. Y concluí que cuando llegue el final de Septiembre ansiaré que lleguen la niebla, el viento y las nubes.
Pero cíclicamente, al año siguiente, cuando Abril ya esté mediado, volveré a estar hastiado de la niebla, el viento y las nubes y agonizaré por un poco de sol... o no... o qué sé yo
viernes, 11 de mayo de 2007
Niebla
Según la RAE la niebla es una nube muy baja, que dificulta más o menos la visión según la concentración de las gotas que la forman.
Lo curioso de la niebla es que aparece cuando no desaparece. No puedes precisar en qué momento empezó a haber niebla. Cuando llueve hay un momento en el que empieza a llover, y otro en el que para de llover. Cuando se ve el arco iris, se distingue cuando está presente y cuando ausente. Pero la niebla....
La niebla es más puñetera. Se disfraza como rocío matutino o como borrasca temporal; sin embargo, la mañana avanza y, cuando te quieres dar cuenta, llevas varias horas en las que no ves más allá de diez metros. No avisa, no hace ruido, parece que no está; pero, súbitamente, la reconoces. Y no sabes cómo salir de ella. Simplemente avanzas con la esperanza de que terminará en algún momento. Aunque ese sentimiento bucólico, tenebroso y misterioso que infunde, te reconforta extrañamente. Así que, cuando sales de ella o, cuando por las causas meteorológicas que sean, desaparece, la echas de menos. Quisieras que continuara, que siguiera incomodándote dulce y sutilmente. Y buscas refugio en la esperanza de que, al día siguiente, al asomarte por la ventana no puedas ver lo que hay más allá de diez metros... o no... o qué sé yo...
Lo curioso de la niebla es que aparece cuando no desaparece. No puedes precisar en qué momento empezó a haber niebla. Cuando llueve hay un momento en el que empieza a llover, y otro en el que para de llover. Cuando se ve el arco iris, se distingue cuando está presente y cuando ausente. Pero la niebla....
La niebla es más puñetera. Se disfraza como rocío matutino o como borrasca temporal; sin embargo, la mañana avanza y, cuando te quieres dar cuenta, llevas varias horas en las que no ves más allá de diez metros. No avisa, no hace ruido, parece que no está; pero, súbitamente, la reconoces. Y no sabes cómo salir de ella. Simplemente avanzas con la esperanza de que terminará en algún momento. Aunque ese sentimiento bucólico, tenebroso y misterioso que infunde, te reconforta extrañamente. Así que, cuando sales de ella o, cuando por las causas meteorológicas que sean, desaparece, la echas de menos. Quisieras que continuara, que siguiera incomodándote dulce y sutilmente. Y buscas refugio en la esperanza de que, al día siguiente, al asomarte por la ventana no puedas ver lo que hay más allá de diez metros... o no... o qué sé yo...
miércoles, 9 de mayo de 2007
Cabezas de dragón
Hace 3 semanas y 3 días:
Cabeza de dragón: 'Jorge, se me está acabando la libreta'
Hace 3 semanas y 2 días:
Cabeza de dragón: 'Jorge, se me está acabando la libreta'
Hace 3 semanas y 1 día:
Cabeza de dragón: 'Jorge, se me está acabando la libreta'
Hace 3 semanas:
Cabeza de dragón: 'Jorge, se me está acabando la libreta'
Jorge: 'Aquí tienes tu libreta.'
Cabeza de dragón: '¡No me jodas! ¿Me compraste una libreta?'
Jorge: 'Por supuesto. Para que veais que me preocupo por vosotros'
Cabeza de dragón: '¡Cómo te pasas! No hacía falta...'
Ayer, cuando supuestamente era el último día del enfrentamiento entre Jorge y sus dragones:
Cabeza de dragón: 'Me tienes que firmar la libreta....'
'Batallas' así son impagables.
Cabeza de dragón: 'Jorge, se me está acabando la libreta'
Hace 3 semanas y 2 días:
Cabeza de dragón: 'Jorge, se me está acabando la libreta'
Hace 3 semanas y 1 día:
Cabeza de dragón: 'Jorge, se me está acabando la libreta'
Hace 3 semanas:
Cabeza de dragón: 'Jorge, se me está acabando la libreta'
Jorge: 'Aquí tienes tu libreta.'
Cabeza de dragón: '¡No me jodas! ¿Me compraste una libreta?'
Jorge: 'Por supuesto. Para que veais que me preocupo por vosotros'
Cabeza de dragón: '¡Cómo te pasas! No hacía falta...'
Ayer, cuando supuestamente era el último día del enfrentamiento entre Jorge y sus dragones:
Cabeza de dragón: 'Me tienes que firmar la libreta....'
'Batallas' así son impagables.
sábado, 5 de mayo de 2007
Uniformes
Me resulta, al menos, curioso comprobar como mucha gente se viste de acuerdo con una norma o patrón. Consciente o inconscientemente, la indumentaria de un grupo de personas resulta mimética, cuando no idéntica. Y esto se puede apreciar en muchos casos: en los ejércitos, en los grupos de heavy-metal, en las amas de casa que ya han superado la cincuentena, en los jubilados que echan la partida al dominó en el bar, en los colectivos deportivos, en las discotecas de quinceañeros etc. etc. etc.
Esta forma de vestirse, como casi todo, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Las ventajas, supongo, vienen por la comodidad que supone el no tener que decidir qué te pones, el no pensar qué prefiero vestir hoy, el abrir el armario y coger, rutinariamente, una prenda tras otra. Además, aporta la comodidad de sentirte parte de un grupo más amplio; con la seguridad y protección que ello supone.
Las desventajas, creo, vienen dadas porque el individuo se somete al grupo, pierde su capacidad de elección, de originalidad e imaginación, la sumisión de la voluntad en definitiva.
Hace unas fechas me reencontré con unos viejos amigos. Como si fueran dos maniquíes que se habían fugado del mismo escaparate lucían: zapato marrón claro de 'chúpame la punta' (creo que ésta es la notación correcta), pantalón de marca, jersey a juego con el pantalón y camisa blanca que asomaba bajo el jersey. Me entristeció aquello. Como si fuesen dos clones, parecían acatar unas órdenes dadas por no sé quien sin dar opción a recapacitar en si aquello les gustaba o no, les apetecía o no, les satisfacía o no. Sólo les faltaba un cartel de 'amén a lo que me digan'.
Revisé mi indumentaria. Unos zapatos cómodos curtidos en mil batallas y pantalones y camiseta del Zara. ¿Combinaban aquellas prendas? Muy probablemente no. Pero, realmente, ni me acuerdo ni creo que me preocupara en absoluto al vestirme aquel día.
Comencé la reflexión y aún le sigo dando vueltas (como se puede comprobar). Lo triste para mí es que creo que ellos son felices con esa decisión, en su modo de vestir, con la ausencia de reflexión sobre lo que llevaban ellos y lo que llevaba yo. Creo que les es indiferente decidir o no, escoger o no.
Quizá lo mejor sea formar parte de un ejército cuyo uniforme sea le consistente en no tener uniforme... o no... o qué sé yo...
Esta forma de vestirse, como casi todo, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Las ventajas, supongo, vienen por la comodidad que supone el no tener que decidir qué te pones, el no pensar qué prefiero vestir hoy, el abrir el armario y coger, rutinariamente, una prenda tras otra. Además, aporta la comodidad de sentirte parte de un grupo más amplio; con la seguridad y protección que ello supone.
Las desventajas, creo, vienen dadas porque el individuo se somete al grupo, pierde su capacidad de elección, de originalidad e imaginación, la sumisión de la voluntad en definitiva.
Hace unas fechas me reencontré con unos viejos amigos. Como si fueran dos maniquíes que se habían fugado del mismo escaparate lucían: zapato marrón claro de 'chúpame la punta' (creo que ésta es la notación correcta), pantalón de marca, jersey a juego con el pantalón y camisa blanca que asomaba bajo el jersey. Me entristeció aquello. Como si fuesen dos clones, parecían acatar unas órdenes dadas por no sé quien sin dar opción a recapacitar en si aquello les gustaba o no, les apetecía o no, les satisfacía o no. Sólo les faltaba un cartel de 'amén a lo que me digan'.
Revisé mi indumentaria. Unos zapatos cómodos curtidos en mil batallas y pantalones y camiseta del Zara. ¿Combinaban aquellas prendas? Muy probablemente no. Pero, realmente, ni me acuerdo ni creo que me preocupara en absoluto al vestirme aquel día.
Comencé la reflexión y aún le sigo dando vueltas (como se puede comprobar). Lo triste para mí es que creo que ellos son felices con esa decisión, en su modo de vestir, con la ausencia de reflexión sobre lo que llevaban ellos y lo que llevaba yo. Creo que les es indiferente decidir o no, escoger o no.
Quizá lo mejor sea formar parte de un ejército cuyo uniforme sea le consistente en no tener uniforme... o no... o qué sé yo...
viernes, 4 de mayo de 2007
Cabezas de dragón
Jorge tuvo que ayudar a mover unas mesas así que, cuando iniciaba su encuentro con los dragones de mayor edad, estaba casi sudando. El reloj le molestaba, así que decidió quitárselo. Pero al querer dejarlo sobre la mesa se le resbaló y cayó al suelo.
Jorge: "Noooo...."
Dragón: "Bueno, bueno... tampoco es para tanto. Sólo es un reloj"
Jorge: "Es un reloj. Y le tengo un cierto aprecio sentimental"
Dragón: "Claro. Seguro que te lo regalo tu 'ex' "
Tocado y hundido.
Jorge: "Noooo...."
Dragón: "Bueno, bueno... tampoco es para tanto. Sólo es un reloj"
Jorge: "Es un reloj. Y le tengo un cierto aprecio sentimental"
Dragón: "Claro. Seguro que te lo regalo tu 'ex' "
Tocado y hundido.
jueves, 3 de mayo de 2007
Ritmos de trabajo (y II)
Fue hace algo más de un año. La pierna derecha de don Serafín parecía el globo de Betanzos. El agudo malestar general era persistente e insistente. Lo principal en aquel momento era bajar la hinchazón. Así que don Serafín estaba todo el día con la pierna en alto, tomaba antiinflamatorios cada 8 horas y, por las noches, hacía un emplaste de hierbas para recubrir la pierna y que aquello fuese mejorando algo. Dicho envoltorio iba fijado con esparadrapo y eso, en quienes no se depilan, es sumamente doloroso. El remedio casero era echar limpiacristales en el esparadrapo para que se despegara mejor.
Y así lo hizo don Serafín. El problema sergió cuando el abuelo de Jack Jack se ofreció para realizar tal tarea. Eran las 7.30 de la mañana y el ritmo de recados ya era infernal. Don Serafín acababa de despertarse: dolorido física y moralmente, malhumorado y con un bajo nivel de consciencia. Se sentó en la cocina y antes de que pudiese reaccionar, el abuelo de Jack Jack ya estaba con el Cristasol en la mano encharcando la maltrecha pierna de don Serafín. Se juntaron la sorpresa de tal acción, el frío de aquel líquido, el odio a aquella lesión, la premura con que era ejecutada aquella acción y.... el primer tirón.
El enfado se precipitó. Vino el segundo tirón y sólo se oyó un 'uuuuuuffff....', pero el tercero fue definitivo. No se pudo contener y en la cocina se oyó un 'cago en diossss' sumamente explícito.
El abuelo de Jack Jack reaccionó al instante y contestó a aquella exclamación con un 'bueno, mejor ya lo despegas tú como prefieras'.
Don Serafín sólo acertó a contestar, casi pidiendo perdón, 'sí, vale....vale' mientras empezaba a asimilar que le había dicho aquello a la cara a su padre.
Y así lo hizo don Serafín. El problema sergió cuando el abuelo de Jack Jack se ofreció para realizar tal tarea. Eran las 7.30 de la mañana y el ritmo de recados ya era infernal. Don Serafín acababa de despertarse: dolorido física y moralmente, malhumorado y con un bajo nivel de consciencia. Se sentó en la cocina y antes de que pudiese reaccionar, el abuelo de Jack Jack ya estaba con el Cristasol en la mano encharcando la maltrecha pierna de don Serafín. Se juntaron la sorpresa de tal acción, el frío de aquel líquido, el odio a aquella lesión, la premura con que era ejecutada aquella acción y.... el primer tirón.
El enfado se precipitó. Vino el segundo tirón y sólo se oyó un 'uuuuuuffff....', pero el tercero fue definitivo. No se pudo contener y en la cocina se oyó un 'cago en diossss' sumamente explícito.
El abuelo de Jack Jack reaccionó al instante y contestó a aquella exclamación con un 'bueno, mejor ya lo despegas tú como prefieras'.
Don Serafín sólo acertó a contestar, casi pidiendo perdón, 'sí, vale....vale' mientras empezaba a asimilar que le había dicho aquello a la cara a su padre.
martes, 1 de mayo de 2007
Ritmos de trabajo (I)
El pasado sábado estaba don Serafín trasteando con la cuna de Jack Jack. Con tanta vitamina está hecho un toro y no hace más que crecer. Ya se pone de pie en la cuna y, para evitar que al asomarse se caiga al suelo, hubo que hacer ciertos ajustes en su primera cama.
Así que entre llaves Allen, tuercas y demás chirimbolos trascurría la tarde sabatina. El problema apareció cuando don Serafín precisó la ayuda del abuelo de Jack Jack.
Ambos tienen maneras diferentes de trabajar, de conducir, de hacer puzzles, de cocinar, de cortar la hierba, de hacer brasas, de hacer casi cualquier cosa, en definitiva. Y tal diferencia radica, principalmente, en el ritmo de trabajo que adopta cada uno.
Don Serafín es un corredor de fondo, adopta una cadencia determinada y la mantiene a lo largo del tiempo que sea necesario, no va ni deprisa ni despacio, es como un martillo pilón con un ritmo tan machacón como supuestamente efectivo.
El abuelo de Jack Jack es un velocista. No es impetuoso, pero parece como si siempre tuviera prisa. Es más un Michael Johnson que un Maurice Greene. Mientras hace algo, da la sensación de que no puede perder ni un segundo, que no se permite ni una mínima pausa por miedo a no tener tiempo para la siguiente tarea. Siempre rápido, siempre ágil, siempre presto y dispuesto, siempre con la agenda al borde de la eclosión.
Así que, el sábado por la tarde, como tantas otras veces, don Serafín se armó de paciencia y procuró centrarse única y exclusivamente en la cuna. Pero, como tantas otras veces, fue imposible. En su lucha contra aquellas malditas tuercas el abuelo de Jack Jack no hacía más que mover la cuna. Y cada empujón crispaba, cada vez más, a don Serafín. Y es que así le era imposible coger un ritmo de trabajo adecuado. Y las mismas ideas de siempre rondaron por la cabeza de don Serafín:
'Dile que no mueva la cuna'
'Aunque se lo diga a los dos minutos vamos a estar en las mismas'
'Pues te vas a seguir cabreando'
'Si tampoco falta tanto para acabar'
'¿Entonces porque te enfadas? Si algo no te gusta hay que hacer lo posible por cambiarlo, ¿no?'
'Sí, eso es cierto. Pero la cosa no es tan grave. Le acabo de pedir ayuda, así que no creo que lo mejor sea reñirle'
Y, como en todas las ocasiones menos una, esos pensamientos lo distrajeron un poco y ambos (cada uno con su ritmo) finalizaron la tarea.
'Si tampoco era para tanto'
'Ya, ya. Pero sabes que la próxima vez ocurrirá lo mismo.'
'Sí... o no... o qué sé yo...'
Así que entre llaves Allen, tuercas y demás chirimbolos trascurría la tarde sabatina. El problema apareció cuando don Serafín precisó la ayuda del abuelo de Jack Jack.
Ambos tienen maneras diferentes de trabajar, de conducir, de hacer puzzles, de cocinar, de cortar la hierba, de hacer brasas, de hacer casi cualquier cosa, en definitiva. Y tal diferencia radica, principalmente, en el ritmo de trabajo que adopta cada uno.
Don Serafín es un corredor de fondo, adopta una cadencia determinada y la mantiene a lo largo del tiempo que sea necesario, no va ni deprisa ni despacio, es como un martillo pilón con un ritmo tan machacón como supuestamente efectivo.
El abuelo de Jack Jack es un velocista. No es impetuoso, pero parece como si siempre tuviera prisa. Es más un Michael Johnson que un Maurice Greene. Mientras hace algo, da la sensación de que no puede perder ni un segundo, que no se permite ni una mínima pausa por miedo a no tener tiempo para la siguiente tarea. Siempre rápido, siempre ágil, siempre presto y dispuesto, siempre con la agenda al borde de la eclosión.
Así que, el sábado por la tarde, como tantas otras veces, don Serafín se armó de paciencia y procuró centrarse única y exclusivamente en la cuna. Pero, como tantas otras veces, fue imposible. En su lucha contra aquellas malditas tuercas el abuelo de Jack Jack no hacía más que mover la cuna. Y cada empujón crispaba, cada vez más, a don Serafín. Y es que así le era imposible coger un ritmo de trabajo adecuado. Y las mismas ideas de siempre rondaron por la cabeza de don Serafín:
'Dile que no mueva la cuna'
'Aunque se lo diga a los dos minutos vamos a estar en las mismas'
'Pues te vas a seguir cabreando'
'Si tampoco falta tanto para acabar'
'¿Entonces porque te enfadas? Si algo no te gusta hay que hacer lo posible por cambiarlo, ¿no?'
'Sí, eso es cierto. Pero la cosa no es tan grave. Le acabo de pedir ayuda, así que no creo que lo mejor sea reñirle'
Y, como en todas las ocasiones menos una, esos pensamientos lo distrajeron un poco y ambos (cada uno con su ritmo) finalizaron la tarea.
'Si tampoco era para tanto'
'Ya, ya. Pero sabes que la próxima vez ocurrirá lo mismo.'
'Sí... o no... o qué sé yo...'
lunes, 30 de abril de 2007
Teoría de culos (II)
El pasado sábado pepedante le comentaba a don Serafín "es que se te puso un culo respingón".
Ante tal afirmación, don Serafín intentó recordar qué tipo de ejercicio podría haber estado realizando últimamente, y que no había hecho hasta entonces, para que alguien pudiese sostener tal inusual afirmación.
Como todo está en el Google, allí inició don Serafín su investigación.
La búsqueda fue sencilla: 'elíptica glúteos' y la segunda entrada tenía por título: Pompis super sexys :: Saludable :: esmas
Obviamente, la investigación prosiguió, y en esa página, en la sección consejos extras, aparece:
"Haz elíptica: Tonifica tu derriere ejercitándote por 30 minutos diarios en la máquina elíptica. Ponla en un ángulo que obligue a los glúteos a esforzarse más. Tu peso siempre debe caer sobre los talones.
Nada: Fortalece los glúteos tomando una tabla y pataleando con las piernas rectas durante 20 minutos diarios. "
Así, la curiosidad y el desconocimiento de don Serafín quedaron fulminados. La elíptica y la piscina eran las razones que habían motivado los recientes comentarios sobre su 'derriere'... o no... o qué sé yo...
Ante tal afirmación, don Serafín intentó recordar qué tipo de ejercicio podría haber estado realizando últimamente, y que no había hecho hasta entonces, para que alguien pudiese sostener tal inusual afirmación.
Como todo está en el Google, allí inició don Serafín su investigación.
La búsqueda fue sencilla: 'elíptica glúteos' y la segunda entrada tenía por título: Pompis super sexys :: Saludable :: esmas
Obviamente, la investigación prosiguió, y en esa página, en la sección consejos extras, aparece:
"Haz elíptica: Tonifica tu derriere ejercitándote por 30 minutos diarios en la máquina elíptica. Ponla en un ángulo que obligue a los glúteos a esforzarse más. Tu peso siempre debe caer sobre los talones.
Nada: Fortalece los glúteos tomando una tabla y pataleando con las piernas rectas durante 20 minutos diarios. "
Así, la curiosidad y el desconocimiento de don Serafín quedaron fulminados. La elíptica y la piscina eran las razones que habían motivado los recientes comentarios sobre su 'derriere'... o no... o qué sé yo...
sábado, 28 de abril de 2007
Levantarse
Suele decirse que cuanto más se sufre por conseguir algo, más se disfruta el éxito de obtener lo que tanto se desea.
Puede que sea cierto.
También se suele decir que es importante no encajar golpes, pero lo es más, incluso, el saber levantarse una vez se ha caído.
Quizá esta afirmación sea verdadera.
Es más, comúnmente, se admite que las personas se curten y aprenden a base de varapalos. Y que aquel que sabe sobreponerse a la adversidad y que continúa su camino a pesar de las dificultades, más sabio será y podrá caminar más fácilmente por la senda de la vida.
Puede que no le falte razón a esta aseveración.
Incluso, se dice que es recomendable que, de vez en cuando, suframos algún revés. Que quienes están acostumbrados a que su trabajo se vea reflejado en éxitos de modo inmediato se derrumban la primera vez que esto no sucede, y que les es casi imposible tocar fondo, reunir fuerzas, hincar la rodilla en el suelo y encontrar arrestos para incorporarse, aún a sabiendas de que un próximo directo al alma se avecina con brevedad.
Aún con todo eso, a pesar de que todo ese sufrimiento se torne felicidad una vez alcanzada la ansiada meta, y que se suponga que se disfruta mucho más así; creo no equivocarme al desear que, alguna vez, no estaría mal que las cosas salieran bien a la primera, sin llevarte ninguna hostia, sin tener que hacer balance para comprobar donde has fallado, sin verte obligado a enmendar los errores cometidos, sin necesidad de lamer las heridas e intentar, de nuevo y una y otra vez, obtener el éxito.
Puede que sea cierto.
También se suele decir que es importante no encajar golpes, pero lo es más, incluso, el saber levantarse una vez se ha caído.
Quizá esta afirmación sea verdadera.
Es más, comúnmente, se admite que las personas se curten y aprenden a base de varapalos. Y que aquel que sabe sobreponerse a la adversidad y que continúa su camino a pesar de las dificultades, más sabio será y podrá caminar más fácilmente por la senda de la vida.
Puede que no le falte razón a esta aseveración.
Incluso, se dice que es recomendable que, de vez en cuando, suframos algún revés. Que quienes están acostumbrados a que su trabajo se vea reflejado en éxitos de modo inmediato se derrumban la primera vez que esto no sucede, y que les es casi imposible tocar fondo, reunir fuerzas, hincar la rodilla en el suelo y encontrar arrestos para incorporarse, aún a sabiendas de que un próximo directo al alma se avecina con brevedad.
Aún con todo eso, a pesar de que todo ese sufrimiento se torne felicidad una vez alcanzada la ansiada meta, y que se suponga que se disfruta mucho más así; creo no equivocarme al desear que, alguna vez, no estaría mal que las cosas salieran bien a la primera, sin llevarte ninguna hostia, sin tener que hacer balance para comprobar donde has fallado, sin verte obligado a enmendar los errores cometidos, sin necesidad de lamer las heridas e intentar, de nuevo y una y otra vez, obtener el éxito.
viernes, 27 de abril de 2007
martes, 24 de abril de 2007
Viento
El viento suele pasar desapercibido. Apenas hace ruido y uno casi ni se percata de su actividad y, cuando se hace notar, suele ser sumamente agradable.
Parece saber cuando necesitas su presencia y cuando debe alejarse. Justo un segundo antes de que comiences a sentir cualquiera de esas dos sensaciones, aparecerá o se alejará.
Siempre está ahí, ausente o presente; pero, en ambos casos, es su sabia forma de manifestarse. A veces aparece de forma puntual y periódica, y otras súbitamente, unas veces se acompaña de la lluvia para acariciar tu rostro y ofrecerte la ternura que precisas y, en otras ocasiones, te golpea la cara para que reacciones, alces la mirada, acumules coraje y afrontes la realidad con valentía.
Pero lo que nunca se debe hacer jamás es enfurecer al viento. Raras veces muestra su faceta más embravecida; pero cuando esto ocurre, lo mejor es huir y guarecerse como uno buenamente pueda. Una vez desatada su cólera se convertirá en tifón, tornado o huracán y arrasará con todo lo que encuentre a su paso sin distinción alguna. Y empleará al mar, a los truenos y relámpagos y a cuanto estime necesario hasta que su ira quede satisfecha... o no... o qué sé yo...
Parece saber cuando necesitas su presencia y cuando debe alejarse. Justo un segundo antes de que comiences a sentir cualquiera de esas dos sensaciones, aparecerá o se alejará.
Siempre está ahí, ausente o presente; pero, en ambos casos, es su sabia forma de manifestarse. A veces aparece de forma puntual y periódica, y otras súbitamente, unas veces se acompaña de la lluvia para acariciar tu rostro y ofrecerte la ternura que precisas y, en otras ocasiones, te golpea la cara para que reacciones, alces la mirada, acumules coraje y afrontes la realidad con valentía.
Pero lo que nunca se debe hacer jamás es enfurecer al viento. Raras veces muestra su faceta más embravecida; pero cuando esto ocurre, lo mejor es huir y guarecerse como uno buenamente pueda. Una vez desatada su cólera se convertirá en tifón, tornado o huracán y arrasará con todo lo que encuentre a su paso sin distinción alguna. Y empleará al mar, a los truenos y relámpagos y a cuanto estime necesario hasta que su ira quede satisfecha... o no... o qué sé yo...
lunes, 23 de abril de 2007
Cabezas de dragón
Cabeza de dragón: Jorge, ¿tú leíste 'El Lazarillo'?
Jorge: Sí, hace mucho tiempo. Casi no me acuerdo.
Cabeza de dragón: ¡¡Vaya mierda de libro!! Yo no sé cómo nos mandan leer eso...
Cabeza de dragón: La verdad, no me extraña que quien lo haya escrito firmara como anónimo. Seguro que tenía miedo de que le metieran unas hostias cuando lo publicaran, porque vaya mierda.....
Jorge: Sí, hace mucho tiempo. Casi no me acuerdo.
Cabeza de dragón: ¡¡Vaya mierda de libro!! Yo no sé cómo nos mandan leer eso...
Cabeza de dragón: La verdad, no me extraña que quien lo haya escrito firmara como anónimo. Seguro que tenía miedo de que le metieran unas hostias cuando lo publicaran, porque vaya mierda.....
domingo, 22 de abril de 2007
Teoría de culos
Para Don Serafín el culo femenino, el auténtico culo, el CULO, tiene que tener personalidad propia, un carácter marcado, seguridad en sí mismo y hasta un punto de chulería y autosuficiencia.
Esas características vienen determinadas, claramente, por las curvas que definen cada culo. Un culo podrá ser más o menos grande o pequeño, más o menos ancho o prieto, más o menos caído o respingón; pero, ineludiblemente, para que sea un buen culo, ha de tener una curvas que lo distingan del resto de culos del mundo mundial (y parte del extranjero).
Un culo plano no le dice nada a Don Serafín. No se sabe si pasea por la espalda o merodea por la pantorrilla, ¿será el lumbar o será el biceps femoral?, ¿u-lo glúteo?
En el caso masculino, Don Serafín confiesa su más absoluta ignorancia. En su pubertad tenía una gran fama esa parte del físico de un profesor de Matemáticas. Así que se suponía que aquel era el modelo que garantizaba el éxito. El problema estaba en que, para Don Serafín, aquel era un culo no-culo. Ni se veía. Los riñones comunicaban con el fémur en una autovía sin peaje, torsión, ni cuvatura alguna.
Tras años asumiendo aquella contraposición entre su ideal femenino y el supuesto ideal masculino, a Don Serafín le han roto los esquemas.
En el breve plazo de 7 días, su culo ha recibido más halagos y manoseos 'prohíbidos' que en, aproximadamente, los 17 años anteriores a la fecha.
¿Ha cambiado, súbitamente, el gusto femenino? ¿Tanto se escondía el culo de Don Serafín hasta ahora? ¿Es lo mejor de lo que queda? ¿Han tenido que pasar unos 15 años para que el culo de Don Serafín pueda alcanzar un cierto prestigio?
Será que para gustos se pintan colores...o no... o qué sé yo...
Esas características vienen determinadas, claramente, por las curvas que definen cada culo. Un culo podrá ser más o menos grande o pequeño, más o menos ancho o prieto, más o menos caído o respingón; pero, ineludiblemente, para que sea un buen culo, ha de tener una curvas que lo distingan del resto de culos del mundo mundial (y parte del extranjero).
Un culo plano no le dice nada a Don Serafín. No se sabe si pasea por la espalda o merodea por la pantorrilla, ¿será el lumbar o será el biceps femoral?, ¿u-lo glúteo?
En el caso masculino, Don Serafín confiesa su más absoluta ignorancia. En su pubertad tenía una gran fama esa parte del físico de un profesor de Matemáticas. Así que se suponía que aquel era el modelo que garantizaba el éxito. El problema estaba en que, para Don Serafín, aquel era un culo no-culo. Ni se veía. Los riñones comunicaban con el fémur en una autovía sin peaje, torsión, ni cuvatura alguna.
Tras años asumiendo aquella contraposición entre su ideal femenino y el supuesto ideal masculino, a Don Serafín le han roto los esquemas.
En el breve plazo de 7 días, su culo ha recibido más halagos y manoseos 'prohíbidos' que en, aproximadamente, los 17 años anteriores a la fecha.
¿Ha cambiado, súbitamente, el gusto femenino? ¿Tanto se escondía el culo de Don Serafín hasta ahora? ¿Es lo mejor de lo que queda? ¿Han tenido que pasar unos 15 años para que el culo de Don Serafín pueda alcanzar un cierto prestigio?
Será que para gustos se pintan colores...o no... o qué sé yo...
viernes, 20 de abril de 2007
Preliminares
Los efectivos han sido llamado a filas. Los corredores han llegado al pie del último puerto de la etapa reina.
Don Estómago ha reaccionado con estruendo ante la convocatoria del examen. Es su primer aviso. Vendrán más.
Como en todos los primeros avisos, la reacción a tal aparición es la misma. Trabajo. Mucho trabajo. Que reviente por algún lado. Mucha comida, más café y algo de alcohol.
El opositor de este año ya se ha enfundado la armadura.
Don Estómago ha reaccionado con estruendo ante la convocatoria del examen. Es su primer aviso. Vendrán más.
Como en todos los primeros avisos, la reacción a tal aparición es la misma. Trabajo. Mucho trabajo. Que reviente por algún lado. Mucha comida, más café y algo de alcohol.
El opositor de este año ya se ha enfundado la armadura.
martes, 17 de abril de 2007
Prospecto
"Back-off bitch" ungüento
Antidepresivo, vigorizante, estimulante.
Vía auditiva.
COMPOSICIÓN
4.58 minutos de aullidos, gritos y litros de adrenalina que contienen insultos, jactancia, autoestima a raudales y sensación de dominio y superioridad abrumadoras.
PROPIEDADES
Este ungüento es una sustancia de potente acción antidepresiva para el tratamiento auditivo de procesos traumáticos e inflamatorios tanto crónicos como repentinos. Favorece la recuperación del ánimo y la eliminación de fobias y odios padecidos. Su efecto será tanto mayor cuantos más aplicaciones se proporcionen.
A su vez, si acompaña el tratamiento con alocados saltos y la emisión de sonidos guturales de ultratumba al ritmo de la canción, las propiedades de este ungüento se verán multiplicadas.
INDICACIONES
Todo tipo de procesos traumáticos y cuadros inflamatorios (en especial los nasales y/o genitales agudos).
POSOLOGÍA
Suba el volumen al máximo y pulse el botón 'Play'. Comience a brincar y chillar al tiempo que interioriza y focaliza como le venga en gana el estribillo de la copla. Debe seguir este procedimiento en cualquier lugar y en cualquier momento, un mínimo de 4 ó 5 veces al día, una porción de 15 minutos en cada aplicación.
CONTRAINDICACIONES
Ninguna.
PRECAUCIONES
Retirar todo el mobiliario existente en un radio de 20 metros de donde se encuentre usted en el momento de cada aplicación.
Después de 3 ó 4 días de tratamiento puede notar ligeras molestias en la garganta y el tímpano. Cesarán una vez abandone el tratamiento.
ADVERTANCIAS
Puede provocar cierta irritabilidad en todo aquel que se encuentre próximo a usted en el preciso instante en que se esté aplicando este ungüento.
EFECTOS SECUNDARIOS
No se conocen.
INTOXICACIÓN Y SU TRATAMIENTO
La intoxicación es imposible. Es más, debe aplicarse cuantas veces crea usted necesario.
Antidepresivo, vigorizante, estimulante.
Vía auditiva.
COMPOSICIÓN
4.58 minutos de aullidos, gritos y litros de adrenalina que contienen insultos, jactancia, autoestima a raudales y sensación de dominio y superioridad abrumadoras.
PROPIEDADES
Este ungüento es una sustancia de potente acción antidepresiva para el tratamiento auditivo de procesos traumáticos e inflamatorios tanto crónicos como repentinos. Favorece la recuperación del ánimo y la eliminación de fobias y odios padecidos. Su efecto será tanto mayor cuantos más aplicaciones se proporcionen.
A su vez, si acompaña el tratamiento con alocados saltos y la emisión de sonidos guturales de ultratumba al ritmo de la canción, las propiedades de este ungüento se verán multiplicadas.
INDICACIONES
Todo tipo de procesos traumáticos y cuadros inflamatorios (en especial los nasales y/o genitales agudos).
POSOLOGÍA
Suba el volumen al máximo y pulse el botón 'Play'. Comience a brincar y chillar al tiempo que interioriza y focaliza como le venga en gana el estribillo de la copla. Debe seguir este procedimiento en cualquier lugar y en cualquier momento, un mínimo de 4 ó 5 veces al día, una porción de 15 minutos en cada aplicación.
CONTRAINDICACIONES
Ninguna.
PRECAUCIONES
Retirar todo el mobiliario existente en un radio de 20 metros de donde se encuentre usted en el momento de cada aplicación.
Después de 3 ó 4 días de tratamiento puede notar ligeras molestias en la garganta y el tímpano. Cesarán una vez abandone el tratamiento.
ADVERTANCIAS
Puede provocar cierta irritabilidad en todo aquel que se encuentre próximo a usted en el preciso instante en que se esté aplicando este ungüento.
EFECTOS SECUNDARIOS
No se conocen.
INTOXICACIÓN Y SU TRATAMIENTO
La intoxicación es imposible. Es más, debe aplicarse cuantas veces crea usted necesario.
lunes, 16 de abril de 2007
Pasito a pasito
Una vez el padre de Jack-Jack dijo acerca de Don Serafín: 'si el muy cabrón podrá tardar más o menos; pero al final el tío acaba llegando'.
La verdad es que esa descripción me gusta bastante y, de hecho, suelo aferrarme a ella muchas veces. Además, mantengo la esperanza de alcanzar mis metas, antes o después, no sólo cuando voy a correr. Y es que, al igual que en atletismo, simplemente la sensación que se tiene en el momento de cruzar la línea de llegada ya compensa todas las horas de entrenamiento invertido, las agujetas sufridas, las ampollas de las ampollas de las ampollas formadas, etc. etc.
Así que sólo queda seguir corriendo...
viernes, 13 de abril de 2007
miércoles, 11 de abril de 2007
martes, 10 de abril de 2007
Cabezas de dragón (VIII)
Jorge: Una elipse es el lugar geométrico de los puntos....
Cabeza de dragón: Se abre el telón y aparece un tío comiendo zorza. Se cierra el telón. Se vuelve a abrir y aparece el mismo tío comiendo merluza. ¿Título de la película?
Jorge: cuya suma de las distancias a dos puntos fijos, llamados focos,...
Cabeza de dragón: ¡¡ El ex-zorcista !!
Cabezas de dragón: ¡¡¡jajajajajajaja!!
Jorge sonríe e intenta contener la carcajada.
Jorge: ...es constante
Cabeza de dragón: Se abre el telón y aparece un tío comiendo zorza. Se cierra el telón. Se vuelve a abrir y aparece el mismo tío comiendo merluza. ¿Título de la película?
Jorge: cuya suma de las distancias a dos puntos fijos, llamados focos,...
Cabeza de dragón: ¡¡ El ex-zorcista !!
Cabezas de dragón: ¡¡¡jajajajajajaja!!
Jorge sonríe e intenta contener la carcajada.
Jorge: ...es constante
lunes, 9 de abril de 2007
Gregarios
Según la RAE, un gregario, entre otras acepciones, es alguien "que está en compañía de otros sin distinción, como el soldado raso".
En particular, en ciclismo, un gregario es aquel corredor que se sacrifica por su jefe de filas, aquel que asume que todo su esfuerzo jamás será aplaudido, que nunca saldrá en las portadas de los periódicos y a quien nunca entrevistarán, de quien rara vez se hablará. Es ese atleta que tendrá que vaciarse en beneficio de otro, y que jamás dirá una palabra más alta que otra ante la reiterada tozudez de la obligada sumisión por el bien del jefe de filas.
Pero el gregario, el buen gregario, el que todo jefe de filas quisiera tener, disfruta con el éxito de su jefe. Lo da todo a lo largo de kilómetros y kilómetros, en los empinados ascensos y en las vertiginosas bajadas, marcando el ritmo adecuado, yendo a la cola del pelotón para buscar bidones de agua, cediendo su bicicleta cuando la bicicleta del líder sufre una avería, apremiando cuando algún rival flaquea o esperando a su líder para marcarle una cadencia adecuada. Acude a la llamada de su compañero donde y cuando sea, sin importar su propio estado.
Y así ocurre durante mucho tiempo. Es auxilio en los momentos de debilidad y complicidad en los de fortaleza. A pesar de saber que tanto esfuerzo, quizá, no vea recompensa explícita, el gregario hace lo posible y lo imposible para que su líder llegue a los momentos cruciales en la mejor situación posible. Y esa es su gran victoria, su mayor éxito. El que nadie coreará, pero el que le llena plenamente.
Pero tanto sacrificio pasa factura. Y al líder aún lo pueden exprimir; pero el gregario se desecha al primer síntoma de flaqueza. Él, por primera vez, intenta rebelarse, argumentando que sabe sufrir, que es lo que ha hecho siempre, que la experiencia suple muchas dificultades físicas; pero los patrones del equipo no lo escuchan. El líder quisiera defenderlo porque sabe que es el mejor; pero se debe a su entorno, que es quien le paga.
Pero la carretera da y quita razones. Y el líder echará de menos a su fiel gregario en los momentos realmente difíciles, porque éste sabe lo que necesita y cómo se encuentra en cada instante, sin decirle nada, simplemente cruzando sus miradas. Y el gregario, aún en contra de la lógica, ayudará a quien fue su jefe de filas... o no... o qué sé yo...
En particular, en ciclismo, un gregario es aquel corredor que se sacrifica por su jefe de filas, aquel que asume que todo su esfuerzo jamás será aplaudido, que nunca saldrá en las portadas de los periódicos y a quien nunca entrevistarán, de quien rara vez se hablará. Es ese atleta que tendrá que vaciarse en beneficio de otro, y que jamás dirá una palabra más alta que otra ante la reiterada tozudez de la obligada sumisión por el bien del jefe de filas.
Pero el gregario, el buen gregario, el que todo jefe de filas quisiera tener, disfruta con el éxito de su jefe. Lo da todo a lo largo de kilómetros y kilómetros, en los empinados ascensos y en las vertiginosas bajadas, marcando el ritmo adecuado, yendo a la cola del pelotón para buscar bidones de agua, cediendo su bicicleta cuando la bicicleta del líder sufre una avería, apremiando cuando algún rival flaquea o esperando a su líder para marcarle una cadencia adecuada. Acude a la llamada de su compañero donde y cuando sea, sin importar su propio estado.
Y así ocurre durante mucho tiempo. Es auxilio en los momentos de debilidad y complicidad en los de fortaleza. A pesar de saber que tanto esfuerzo, quizá, no vea recompensa explícita, el gregario hace lo posible y lo imposible para que su líder llegue a los momentos cruciales en la mejor situación posible. Y esa es su gran victoria, su mayor éxito. El que nadie coreará, pero el que le llena plenamente.
Pero tanto sacrificio pasa factura. Y al líder aún lo pueden exprimir; pero el gregario se desecha al primer síntoma de flaqueza. Él, por primera vez, intenta rebelarse, argumentando que sabe sufrir, que es lo que ha hecho siempre, que la experiencia suple muchas dificultades físicas; pero los patrones del equipo no lo escuchan. El líder quisiera defenderlo porque sabe que es el mejor; pero se debe a su entorno, que es quien le paga.
Pero la carretera da y quita razones. Y el líder echará de menos a su fiel gregario en los momentos realmente difíciles, porque éste sabe lo que necesita y cómo se encuentra en cada instante, sin decirle nada, simplemente cruzando sus miradas. Y el gregario, aún en contra de la lógica, ayudará a quien fue su jefe de filas... o no... o qué sé yo...
jueves, 5 de abril de 2007
miércoles, 4 de abril de 2007
Aquapark
Ahora mismo quisiera ir a un aquapark. Pero no uno cualquiera. Quisiera ir a uno gigantesco, enorme, inconmensurable, el más grande. Y que no hubiera nadie. Sólo yo, única y simplemente yo. Y poder ir a las atracciones cuantas veces quisiera, sin tener que esperar a nadie, ni por nadie. Y repetir atracción cuantas veces me viniese en gana.
Tirarme por los toboganes y dar tumbos de un lado a otro, girar sobre mí mismo entorno a cuantos ejes haya y alguno más si es preciso; apoyarme sobre la espalda y coger las rodillas para voltearme vertiginosamente en todas direcciones; luego, sin saber como, bajaría boca abajo, como si estuviera gateando, y volvería a rotar sin que mi cuerpo supiera hacia donde.
También iría a los tubos espirales, a oscuras, gritando todo el rato, para que el eco de mis alaridos añadiera más sensación de velocidad, y para estar a expensas de la próxima curva que no sabría hacia donde me impulsaría.
Y luego iría a los toboganes individuales. Me impulsaría con todas mis fuerzas, alcanzaría la mayor velocidad posible, y todo estaría a merced de la inercia, la vorágine y el descontrol. Cada curva depararía algo nuevo, lo único que dominaría mínimamente sería el taparme la nariz para que no me entrase agua, todo ocurriría fugazmente, sin que yo pudiese decidir ni hacer nada por variarlo, me encaminaría a lo desconocido, a tumba abierta, con la única seguridad de que, al final de todo, caería en una piscina... o no.
¡Cómo deseo ir a un aquapark! Así, todas esas sensaciones serían físicas y no mentales, y todo sería diversión y no desesperación.
Tirarme por los toboganes y dar tumbos de un lado a otro, girar sobre mí mismo entorno a cuantos ejes haya y alguno más si es preciso; apoyarme sobre la espalda y coger las rodillas para voltearme vertiginosamente en todas direcciones; luego, sin saber como, bajaría boca abajo, como si estuviera gateando, y volvería a rotar sin que mi cuerpo supiera hacia donde.
También iría a los tubos espirales, a oscuras, gritando todo el rato, para que el eco de mis alaridos añadiera más sensación de velocidad, y para estar a expensas de la próxima curva que no sabría hacia donde me impulsaría.
Y luego iría a los toboganes individuales. Me impulsaría con todas mis fuerzas, alcanzaría la mayor velocidad posible, y todo estaría a merced de la inercia, la vorágine y el descontrol. Cada curva depararía algo nuevo, lo único que dominaría mínimamente sería el taparme la nariz para que no me entrase agua, todo ocurriría fugazmente, sin que yo pudiese decidir ni hacer nada por variarlo, me encaminaría a lo desconocido, a tumba abierta, con la única seguridad de que, al final de todo, caería en una piscina... o no.
¡Cómo deseo ir a un aquapark! Así, todas esas sensaciones serían físicas y no mentales, y todo sería diversión y no desesperación.
martes, 3 de abril de 2007
Espirales y rectas
Muchas veces, cuando tenemos un bolígrafo en la mano y cae en nuestro poder un trozo de papel, instintivamente, comenzamos a dibujar cosas. Si nos encontramos en medio de una tediosa reunión dicho acto es casi premeditado; pero otras veces es puro instinto.
Unas personas hacen caricaturas, otras pintan paisajes (árboles, montañas, playas, islas, lagos...), otros rellenan los huecos de las palabras ya impresas en la hoja, hay quien describe figuras mediante puntos, etc. etc. etc.
En mi caso, me instinto me conduce a dibujar líneas paralelas de izquierda a derecha. No muchas, seis o siete; pero nunca ocupando todo el espacio. Una vez hecho esto, giro la hoja y, de nuevo, pinto líneas paralelas de tal forma que sean perpendiculares a las anteriores.
Un amigo mío se complica, en principio, mucho menos las cosas y dibuja espirales.
Hablando del tema, él dice que las espirales significan que su mente es caótica, que no hay nada claro, que le da muchas vueltas a las cosas y que nunca concluye nada. Sin embargo, mis dibujos significan claridad, raciocinio y decisiones.
Yo suelo discrepar. Argumento que su dibujo es una única línea, que sigue un patrón definido, un camino marcado, original, estético y que abarca todo el papel. En cambio, mi dibujo es minúsculo, discontinuo, limitado, poco original, aburrido y que pretendo cubrir mucho pero que alcanzo más bien poco.
Lo bueno de todo esto es que, siempre que hablamos del tema, nos ponemos ejemplos de nuestras formas de pensar y actuar. Y, profundizando, profundizando yo concluyo que, según su discurso, él debería dibujar rectas y yo espirales; pero él se reafirma en todo lo contrario.
Finalmente, siempre topamos con la misma duda: ¿y si las espirales y las rectas son lo mismo? Pues sí... o no... o qué sé yo...
Y tú, ¿qué dibujas?
Unas personas hacen caricaturas, otras pintan paisajes (árboles, montañas, playas, islas, lagos...), otros rellenan los huecos de las palabras ya impresas en la hoja, hay quien describe figuras mediante puntos, etc. etc. etc.
En mi caso, me instinto me conduce a dibujar líneas paralelas de izquierda a derecha. No muchas, seis o siete; pero nunca ocupando todo el espacio. Una vez hecho esto, giro la hoja y, de nuevo, pinto líneas paralelas de tal forma que sean perpendiculares a las anteriores.
Un amigo mío se complica, en principio, mucho menos las cosas y dibuja espirales.
Hablando del tema, él dice que las espirales significan que su mente es caótica, que no hay nada claro, que le da muchas vueltas a las cosas y que nunca concluye nada. Sin embargo, mis dibujos significan claridad, raciocinio y decisiones.
Yo suelo discrepar. Argumento que su dibujo es una única línea, que sigue un patrón definido, un camino marcado, original, estético y que abarca todo el papel. En cambio, mi dibujo es minúsculo, discontinuo, limitado, poco original, aburrido y que pretendo cubrir mucho pero que alcanzo más bien poco.
Lo bueno de todo esto es que, siempre que hablamos del tema, nos ponemos ejemplos de nuestras formas de pensar y actuar. Y, profundizando, profundizando yo concluyo que, según su discurso, él debería dibujar rectas y yo espirales; pero él se reafirma en todo lo contrario.
Finalmente, siempre topamos con la misma duda: ¿y si las espirales y las rectas son lo mismo? Pues sí... o no... o qué sé yo...
Y tú, ¿qué dibujas?
lunes, 2 de abril de 2007
Tres
Y la ansiedad se apoderó de ellos. Como si se fuese a terminar el mundo, como si cada segundo fuese el último, cada beso era cada vez más intenso que el anterior. Parecía como si las mandíbulas se fueran a desencajar para alcanzar cada vez más recovecos y, así, disfrutar y ofrecer nuevas sensaciones.
Él posó sus manos sobre las nalgas de su esposa y, en un impetuoso empujón, la alzó en el aire para que ella enroscara sus piernas tras su espalda. Sin cesar de besarse en ningún momento, se dirigieron hacia el baño. Una vez allí ella sonrió y le dijo:
- Estás loco.
A lo que él contestó:
- Sí. Loco por tí.
El baño estaba preparado. Se metieron en el agua y ella se sentó delante de él, se recostó sobre su pecho y giró su cabeza buscando la boca de su amado. Y él se la ofreció. Y mientras la besaba, acarició su rostro con una mano al tiempo que deslizaba la otra hacia sus pechos. Eran caricias lujuriosas, sensuales, juguetonas y excitantes. Sus pezones se endurecieron y entonces se incorporó para sentarse sobre él y que así pudiese masajear sus senos con ambas manos. Al tiempo, ella cogió su pene erecto y lo apretó contra su vagina para mayor excitación de ambos. Los gemidos se sucedieron y sólo la incomodidad de la bañera pudo parar aquella vorágine de pasión.
Entonces, él se sentó delante de ella e iniciaron una pequeña tregua. Ella cogió un jabón aromático y recorrió su espalda concienzudamente arriba y abajo para, a continuación, dibujar círculos sobre su cuello. Una y otra vez, arriba, abajo y círculos; arriba, abajo y círculos; arriba, abajo y círculos…
Poco a poco el nivel de excitación iba disminuyendo a medida que la relajación recuperaba terreno. Ella cogió su cabeza y la acercó a su pecho. Él cerró los ojos y sonrió levemente. Y empezaron los círculos en las sienes. Y el descanso era cada vez mayor. Un buen rato después ella le besó los ojos y luego las mejillas. Se miraron. Sonrieron. Y se dijeron al unísono:
- Te quiero.
Se arrodillaron uno frente al otro y se fundieron en un abrazo eterno.
Salieron de la bañera y se dirigieron al dormitorio.
- Ahora te toca a ti.
Exigió ella. Y él asintió mientras derramaba el aceite corporal sobre su espalda. Y, de nuevo, el mismo modo de proceder: arriba, abajo y círculos; arriba, abajo y círculos; arriba, abajo y círculos…
Pero, como si de una fiera recién salida de su letargo se tratase, el ansia volvió a entrar en escena. Los círculos tenían cada vez mayor radio y las palmas de las manos se abrían cada vez más, buscando los deseados pechos y nalgas. Se acostó sobre ella y la cubrió por completo con su cuerpo mientras besaba su cuello. Él se apartó por un instante para que ella pudiera girarse, y entonces recorrió la geografía femenina de su esposa. Primero rozó sus pezones contra los de ella y, una vez excitados los pellizcó con sus labios, luego lamió su pulso brevemente para, seguidamente, acariciar su ombligo con la cara mientras manoseaba sus pechos. Continuó excitándola cuando chupó los dedos de los pies y, posteriormente, cuando ascendió por la cara interna de sus muslos con destino su vulva.
Los suspiros se sucedían uno tras otro, y se convirtieron en gemidos, y éstos casi en bramidos. El deseo era incontenible y cuando el placer parecía volverse desesperación, él apoyó sus brazos sobre la cama e introdujo su pene en su vagina. Lentamente, muy despacio, suavemente, con virginal esmero.
Una placentera sensación acompañó la primera embestida. Tenían la satisfacción de estar empezando lo que habían estado preparando tanto tiempo, la tranquilidad de saber que aquello sólo era el principio de una larga travesía, la confianza de conocerse a la perfección y la sabiduría que todo eso aporta en la búsqueda del placer.
Él posó sus manos sobre las nalgas de su esposa y, en un impetuoso empujón, la alzó en el aire para que ella enroscara sus piernas tras su espalda. Sin cesar de besarse en ningún momento, se dirigieron hacia el baño. Una vez allí ella sonrió y le dijo:
- Estás loco.
A lo que él contestó:
- Sí. Loco por tí.
El baño estaba preparado. Se metieron en el agua y ella se sentó delante de él, se recostó sobre su pecho y giró su cabeza buscando la boca de su amado. Y él se la ofreció. Y mientras la besaba, acarició su rostro con una mano al tiempo que deslizaba la otra hacia sus pechos. Eran caricias lujuriosas, sensuales, juguetonas y excitantes. Sus pezones se endurecieron y entonces se incorporó para sentarse sobre él y que así pudiese masajear sus senos con ambas manos. Al tiempo, ella cogió su pene erecto y lo apretó contra su vagina para mayor excitación de ambos. Los gemidos se sucedieron y sólo la incomodidad de la bañera pudo parar aquella vorágine de pasión.
Entonces, él se sentó delante de ella e iniciaron una pequeña tregua. Ella cogió un jabón aromático y recorrió su espalda concienzudamente arriba y abajo para, a continuación, dibujar círculos sobre su cuello. Una y otra vez, arriba, abajo y círculos; arriba, abajo y círculos; arriba, abajo y círculos…
Poco a poco el nivel de excitación iba disminuyendo a medida que la relajación recuperaba terreno. Ella cogió su cabeza y la acercó a su pecho. Él cerró los ojos y sonrió levemente. Y empezaron los círculos en las sienes. Y el descanso era cada vez mayor. Un buen rato después ella le besó los ojos y luego las mejillas. Se miraron. Sonrieron. Y se dijeron al unísono:
- Te quiero.
Se arrodillaron uno frente al otro y se fundieron en un abrazo eterno.
Salieron de la bañera y se dirigieron al dormitorio.
- Ahora te toca a ti.
Exigió ella. Y él asintió mientras derramaba el aceite corporal sobre su espalda. Y, de nuevo, el mismo modo de proceder: arriba, abajo y círculos; arriba, abajo y círculos; arriba, abajo y círculos…
Pero, como si de una fiera recién salida de su letargo se tratase, el ansia volvió a entrar en escena. Los círculos tenían cada vez mayor radio y las palmas de las manos se abrían cada vez más, buscando los deseados pechos y nalgas. Se acostó sobre ella y la cubrió por completo con su cuerpo mientras besaba su cuello. Él se apartó por un instante para que ella pudiera girarse, y entonces recorrió la geografía femenina de su esposa. Primero rozó sus pezones contra los de ella y, una vez excitados los pellizcó con sus labios, luego lamió su pulso brevemente para, seguidamente, acariciar su ombligo con la cara mientras manoseaba sus pechos. Continuó excitándola cuando chupó los dedos de los pies y, posteriormente, cuando ascendió por la cara interna de sus muslos con destino su vulva.
Los suspiros se sucedían uno tras otro, y se convirtieron en gemidos, y éstos casi en bramidos. El deseo era incontenible y cuando el placer parecía volverse desesperación, él apoyó sus brazos sobre la cama e introdujo su pene en su vagina. Lentamente, muy despacio, suavemente, con virginal esmero.
Una placentera sensación acompañó la primera embestida. Tenían la satisfacción de estar empezando lo que habían estado preparando tanto tiempo, la tranquilidad de saber que aquello sólo era el principio de una larga travesía, la confianza de conocerse a la perfección y la sabiduría que todo eso aporta en la búsqueda del placer.
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