sábado, 7 de julio de 2007

A tumba abierta

El vertiginoso descenso tenía dos puntos clave, dos curvas definitivas. Según se negociasen, así sería el resultado final.
El opositor de este año lo sabía y, por eso, prefirió imprimir un altísimo ritmo en las rectas para, así, poder afrontar esos giros con la antelación y templanza necesarias. Procuraría escoger la mejor trazada y ejecutarla al milímetro. Sin embargo, la soledad del escapado jugaba en su contra. No habría nadie que valiese de referencia, ninguna rueda que seguir, no sabía si había que arriesgar para aumentar la ventaja o para evitar que el grupo se acercase, desconocía hasta qué punto convenía ser prudente para racionar la diferencia adquirida.
Unos metros antes de llegar al primer punto clave sobrevinieron la inseguridad, el temor, el cansancio y el nerviosismo. ¿Fue tiempo perdido? ¿Fue tiempo de descanso necesario? Quien lo sabe.
Lo cierto es que al final el giro se hizo inminente y las ganas de triunfo vencieron a cualquier otra sensación. Fue un virage difícil. Pero la confianza en el trabajo acumulado del opositor de este año jugó un papel crucial. A pesar de que el inicio de la trazada no fue todo lo bien que se desearía, la persistencia en esa forma de trazar consiguió que se enfilase la salida de la curva de forma airosa. Quizá no había ganado tiempo; a lo mejor no había pasado el trance de la forma más elegante, limpia y ortodoxa; pero no perdió tiempo gracias al estilo mantenido en esos momentos críticos.
Ahora faltan 10 kilómetros para alcanzar la meta. Antes del final de etapa está el la segunda dificultad a salvar. De nuevo, habrá que intentar obtener la máxima ventaja posible, habrá que dosificar las fuerzas para llegar en el momento óptimo, habrá que ser arriesgado y estar seguro al mismo tiempo, habrá que regular esfuerzos para no extenuarse pero, tampoco, para que haya lugar a la duda de si se pudo forzar más.
Al menos, esta vez, el opositor de este año tiene la motivación añadida de que al fin, y después de una durísima etapa, cruzará la línea de llegada.


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