Para Don Serafín el culo femenino, el auténtico culo, el CULO, tiene que tener personalidad propia, un carácter marcado, seguridad en sí mismo y hasta un punto de chulería y autosuficiencia.
Esas características vienen determinadas, claramente, por las curvas que definen cada culo. Un culo podrá ser más o menos grande o pequeño, más o menos ancho o prieto, más o menos caído o respingón; pero, ineludiblemente, para que sea un buen culo, ha de tener una curvas que lo distingan del resto de culos del mundo mundial (y parte del extranjero).
Un culo plano no le dice nada a Don Serafín. No se sabe si pasea por la espalda o merodea por la pantorrilla, ¿será el lumbar o será el biceps femoral?, ¿u-lo glúteo?
En el caso masculino, Don Serafín confiesa su más absoluta ignorancia. En su pubertad tenía una gran fama esa parte del físico de un profesor de Matemáticas. Así que se suponía que aquel era el modelo que garantizaba el éxito. El problema estaba en que, para Don Serafín, aquel era un culo no-culo. Ni se veía. Los riñones comunicaban con el fémur en una autovía sin peaje, torsión, ni cuvatura alguna.
Tras años asumiendo aquella contraposición entre su ideal femenino y el supuesto ideal masculino, a Don Serafín le han roto los esquemas.
En el breve plazo de 7 días, su culo ha recibido más halagos y manoseos 'prohíbidos' que en, aproximadamente, los 17 años anteriores a la fecha.
¿Ha cambiado, súbitamente, el gusto femenino? ¿Tanto se escondía el culo de Don Serafín hasta ahora? ¿Es lo mejor de lo que queda? ¿Han tenido que pasar unos 15 años para que el culo de Don Serafín pueda alcanzar un cierto prestigio?
Será que para gustos se pintan colores...o no... o qué sé yo...
domingo, 22 de abril de 2007
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