viernes, 9 de marzo de 2007

10

¡¡Acabo de poner un 10!!
Hoy por la mañana mis alumnos de 2º BAC tenían examen de mi asignatura. En ese curso el profesor es más un aliado que un enemigo. A esas alturas, el gran contrincante a batir es la selectividad. Así que suele haber mayor complicidad entre alumnos y profesor.
Y, como es de rigor, empecé a corregir cuanto antes. Y, entre todos aquellos folios, ahí estaba, un examen prefecto, sin nada que objetar. Un 10 redondo. Y me alegré, me alegré mucho. Lo puse con ganas.
El 10 era la maldita nota a la que yo nunca llegaba en el instituto. Siempre me faltaba medio punto o unas décimas escasas. Aún así, yo regresaba contento a casa porque había conseguido un 'Sobresaliente'; pero la frase ante la nota siempre era la misma "¿y por qué no fue un 10?". Y yo me tenía que comer la respuesta que siempre quise verbalizar "porque no soy perfecto, ¡¡cojones!!"
Así que hoy, al poner este 10, me he alegrado por mi alumno. A él no le podrán reprochar esas décimas. Y, en cierto modo, me he quitado un peso de encima, esa losa que pesaba cada vez más en mi adolescencia según acumulaba examenes a mis espaldas.
No habré conseguido sacar un 10; pero he enseñado a otros a hacerlo. Y ese me ha colmado de alegría.
Ciertamente, un momento de felicidad.

2 comentarios:

PepeDante dijo...

Te aseguro que a pesar de que no sacaras un 10, yo, desde mi 4'5, te envidiaba igual. Y no sabes cuanto odiaba tu cara de "merecía un 10". :-P

Don Serafín dijo...

De todas formas, después en la carrera cambiamos los papeles. Pero a pesar de todo eso somos pareja de hecho estomacal... y tan contentos!! :-))