jueves, 18 de enero de 2007

Ying-Yang

Dentro de mí habitan, entre otros, dos personajes cuya meta vital parece ser el mantener una confrontación permanente.

Estos dos personajes son 'el opositor del año pasado' y 'el opositor de este año'. Podría pensarse que me sucede algo similar a lo narrado en el entrañable cuento de navidad que todos conocemos. Pero no es así. Estos personajes no se limitan a mostrar realidades. Los muy cabrones, además de eso, discuten y pelean entre sí y conmigo mismo en según qué circunstancias.

El opositor del año pasado está cansado, no tiene ganas de luchar, es pesimista, se siente una víctima de la injusticia y reniega de todo esfuerzo a realizar. Odia al opositor de este año porque eso significa odiar la derrota sufrida cuando el era 'el opositor de aquel año', y ese odio alivia el dolor provocado por aquel fracaso.

El opositor de este año es astuto, ágil, tozudo, rebelde, afronta los grandes retos con un entusiasmo heroico y siempre conserva la esperanza incluso en situaciones claramente condenadas al fiasco. Odia al opositor del año pasado por todo lo que representa, y porque sabe que es en lo que se convertirá si no vence.

El opositor del año pasado tiene armas poderosas. Es un guerrero enorme, tan forzudo como poco habilidoso; pero arrasa con todo aquello que se interpone en su camino y es, a priori, un adversario invencible.

El opositor de este año posee otras virtudes. Su estrategia consiste en ganar pequeñas batallas, en aprovechar todas las ocasiones, por ínfimas que éstas sean, para producir el mayor daño posible.

Cuando uno está venciendo el otro está siendo derrotado. Y su batalla es tan cruel como constante; pero, a día de hoy, ambos saben que esa batalla también es y será larga, muy larga, muy muy larga.... quizá, hasta demasiado larga incluso para ellos.

4 comentarios:

PepeDante dijo...

¡Dos contra uno por el de este año!

Don Serafín dijo...

Arrasas :-))

servidora dijo...

Yo subo la apuesta a 5 contra 1 :-)

Don Serafín dijo...

Servidora, arrasas más del doble que pepedante jejeje...
Me aplicaré, pues, para que vuestras apuestas sean fructíferas :-))