martes, 16 de enero de 2007

La madre de todas las batallas

Regresar a aquel lugar fue inquietante, pavoroso, sobrecogedor. Un escalofrío recorrió su cuerpo y, por un instante, pudo recordar las escenas allí acaecidas hacía no mucho tiempo.
Ahora, el silencio lo invadía todo. Lo callaba todo. Lo escondía todo. Como pretendiendo que lo allí vivido no hubiera pasado.
Aquel silencio querría borrar de la memoria los bramidos de la feroz batalla, los encarnizados duelos por alcanzar el triunfo, la pasión de cada uno de los contendientes por aniquilar al adversario, la fe de todos y cada uno de los gladiadores presentes en el combate, el ensañamiento en cada pequeña victoria que se iba logrando a costa del rival, la tozuda insistencia de los ejércitos por obtener la victoria final....
Estaba completamente absorto, ensimismado, inmóvil por el pánico que provocaba el realismo de los recuerdos. Y, súbitamente, sucedió lo imprevisible..... 'Señores clientes, ¡ todas las prendas al 50% !'
¡¡¡Redios!!! En efecto. Era el segundo día de las putas rebajas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Joer...........y te quejas......con la de colores guays que hay a mitad de precio!!!!!!!!!!!!!!!!!!!