martes, 29 de mayo de 2007

Sequía

Se nota que estamos a finales de Mayo.
Mi cerebro parece estar saturado y ni admite más soluto que aumente la concentración de conocimientos, ni consigue mantener la sesuda reacción que proporciona más productos imaginativos con los que alimentar este blog. Si así fuese, se reduciría el volumen de la disolución cerebral que parece alcanzar los límites de mi cráneo pretendiendo expandirse más allá de ellos para que, de esta forma, la presión disminuya.
Así que he optado por un viejo recurso. Escribir que no tengo nada que escribir. De este modo, dicha paradoja me llevará a publicar una entrada más y así ganar tiempo para que, con suerte, en algún momento de reposo se me ocurra algo original que añadir a este cuaderno de bitácora.
Creo que esta situación durará, al menos, un mes y medio. Las prioridades serán las de mantener lo más activas posible las neuronas pertenecientes al ejército del opositor de este año. Luego, las neuronas de Jorge deberán terminar sus batallas lo mejor posible y procurando que no polemicen demasiado con el resto de neuronas. Y, por último, las neuronas de las rutinas diarias deberían de seguir su silencioso, machacón y periódico cometido día a día.
Así que procuraré reservar media neurona malherida para ir relatando las actividades del resto de neuronas... o no... o qué sé yo...

domingo, 27 de mayo de 2007

Extensiones

Estaba Jorge en el "saloncito" compartiendo descanso con sus compañeros de batalla. El tema de conversación eran las extensiones que se había puesto una de las integrantes de aquel grupillo.
Jorge 2: "Non sodes auténticas. Sodes unhas mentirosas. Un non se pode fiar de vós porque non sabe o que é auténtico ou o que é postizo".
Giorgina 1: "Lo que tú quieras; pero si no nos depilásemos, ni nos maquillásemos ni nada de todo eso que criticas ni os acercaríais a nosotras".
Jorge 2: "Pero ese non é o tema. O tema é que non sodes auténticas"
Jorge: "Más que eso, porque a fin de cuentas yo creo que todos nos disfrazamos de vez en cuando, a mí lo que me desespera es que nunca están contentas. Les dura la ilusión unos días, pero luego ya están pensando en cambiar. Por ejemplo, la que tiene el pelo rizo lo quiere tener liso, la que lo tiene largo lo quiere corto, la que lo tiene liso se lo rizo, la morena quiere ser rubia o cobriza o pelirroja, la que lo tiene corto se pone extensiones, o se dejan rastas y ya las odian a los 15 días.... nunca están contentas y siempre quieren tener lo que no tienen... o peor aún, lo quieren tener todo"
Giorgina 2: "Sí, somos así. Nunca estamos contentas y lo queremos tener todo. Hasta es probable que si tuviéramos todo, aún así, no estaríamos contentas"
Se hizo el silencio. Un silencio que parecía representar el apoyo unánime a esta última afirmación.
Y Jorge tuvo que saborear el amargo sabor de saber que tenía tanta razón como inútil era tenerla.

Turgente

turgente.
(Del lat. turgens, -entis).
1. adj. Abultado, elevado.
2. adj. Med. Dicho de un líquido: Que hincha alguna parte del cuerpo.

jueves, 24 de mayo de 2007

Cabezas de dragón

Estaba Jorge corrigiendo unos exámenes cuando le sorprendió la siguiente respuesta a la pregunta '¿Qué es un mol?':
"Un mol es la cantidad de sustancias que tiene un abogadro."
La carcajada fu espectacular y el subsiguiente pensamiento de Jorge fue: 'si es que ya se sabe que estos pikapleitos andan endrojados con la colacaína esa todo el día. Y la culpa es de los be-moles jejeje'

martes, 22 de mayo de 2007

jueves, 17 de mayo de 2007

Conexión Varadero

Finales de Agosto. Dos catalanes y dos gallegos (entre ellos un culé, un deportivista y un perico) suben al coche de un multicampeón mundial y subcampeón olímpico de canotaje en Atenas. El cualificadísimo atleta, que ahora ejerce de taxista, se dirige a Varadero. Una vez allí, y gracias a las amistades del señor Rojas, entran en un complejo hotelero como si de cualquier otro cliente se tratase.
Mientras el señor Rojas charla con el señor Balseiro, los otros cuatro excursionistas se aproximaron a la piscina del hotel. Allí estaba un grupo de sevillanos sevillistas que habían llegado aquel mismo día.
Curiosamente, en aquellos precisos instantes, el Sevilla y el Barça jugaban la Supercopa de Europa, ayer el Sevilla y el Español jugaron la final de la UEFA, el Deportivo cayó eliminado en semifinales de la Copa del Rey a manos del Sevilla y el Barça y el Sevilla están en plena lucha por alcanzar el título de Liga.
¿Habrá que volver a ir a Varadero para prever lo que ocurrirá en la próxima temporada futbolística?
Sí... o no... o qué sé yo...

martes, 15 de mayo de 2007

Momento de felicidad

El opositor de este año ya llevaba un tiempo blandiendo sus armas y exigiendo, con vehemencia, el inicio del combate final. Su forma de expresión más notoria a estas alturas es mi malestar estomacal.
Después de un par de semanas fingiendo que dicho malestar no existía, decidí asumirlo y atacarlo. La fecha escogida fue el sábado pasado. Eran las 3 de la tarde y cogí el teléfono. Marqué el número de pepedante y lo cité para asistir al encuentro de la gula aquella misma noche.
Y así fue. Después de una reconfortante caña de cerveza avanzamos por la pequeña cuesta coronada por un luminoso que rezaba 'Ridizio Brasileiro'.
Al fin. Había admitido el nerviosismo estomacal e iba a atacarlo con una opípara ingesta de carne. Además del ataque frontal al aparato digestivo, se trataba de incrementar el marcador de la felicidad. Olvidarme por un momento de las cabezas de dragón, del opositor del año pasado y del de este año, de los fenómenos meteorólogicos, etc. etc. Entregarme en cuerpo y estómago a la gula sin barrera alguna, sin temor a las calorías, saboreando cada bocado.
Y vino el chorizo criollo y el pollo, luego la ternera, el pavo con bacon, el churrasco de ternera, la picaña, el jabalí, la picaña a la piedra, el buey y la piña a la brasa... y volvieron a pasar la picaña, el churrasco de ternera, la picaña a la brasa y la piña. Entre tanto, la sangría iba regando aquella orgía proteínica.
Ineludiblemente, el momento de felicidad se iba gestando con cada mordisco, con cada trago, con cada comentario culinario. Las carcajadas eran cada vez mayores y los bocados cada vez más suculentos y sabrosos. En aquella vorágine de carne y vino y, en un cascarilleiro ataque escatológico, don Serafín comentó:
"Bua neno!! Mañana cuando cague todo esto me voy a elevar sobre mi propia mierda"
Después de una escandalosa y prolongada carcajada pepedante retó:
"¿A qué no hay cojones a escribir eso en tu blog?"
Y en ello estamos, poniendo a resguardo mi reputación testicular... o no... o qué sé yo...

sábado, 12 de mayo de 2007

Globalización

¡¡Está padrísimo, quillo!!

Sol

El pasado domingo estaba en la playa tomando el sol y, entre cabezadita y cabezadita, mi neurona más rebelde empezó a barruntar (por no perder la costumbre, vaya).
Estábamos a principios de Mayo y ya hacía más de un mes que añoraba una tarde como aquella. Sin nubes, sin viento, sin niebla, sólo sol y nada más que sol. Me tumbaría en la arena y lo disfrutaría plenamente, en silencio, saboreando su calor, su energía, su rotundidad. Y así lo hice. El sol es paciente, siempre está ahí, no se arrebata ni aparece o desaparece súbitamente. Si, de repente, se ponen unas nubes delante de él ni se inmuta. Sabe que, tarde o temprano, desaparecerán para, a continuación, recuperar su protagonismo. Si hay niebla, el sol sabe que, antes o después, su calor hará que ésta se diluya. Y con el viento mantiene una buena relación en la que ambos se respetan mutuamente y en la que pueden cohabitar conjuntamente sin problema alguno.
En medio de estas calenturientas disquisiciones, caí en la cuenta de que pronto llegará el verano. Y más tardes como aquella se repetirán una tras otra, día tras día. Y concluí que cuando llegue el final de Septiembre ansiaré que lleguen la niebla, el viento y las nubes.
Pero cíclicamente, al año siguiente, cuando Abril ya esté mediado, volveré a estar hastiado de la niebla, el viento y las nubes y agonizaré por un poco de sol... o no... o qué sé yo

viernes, 11 de mayo de 2007

Globalización

Niebla

Según la RAE la niebla es una nube muy baja, que dificulta más o menos la visión según la concentración de las gotas que la forman.
Lo curioso de la niebla es que aparece cuando no desaparece. No puedes precisar en qué momento empezó a haber niebla. Cuando llueve hay un momento en el que empieza a llover, y otro en el que para de llover. Cuando se ve el arco iris, se distingue cuando está presente y cuando ausente. Pero la niebla....
La niebla es más puñetera. Se disfraza como rocío matutino o como borrasca temporal; sin embargo, la mañana avanza y, cuando te quieres dar cuenta, llevas varias horas en las que no ves más allá de diez metros. No avisa, no hace ruido, parece que no está; pero, súbitamente, la reconoces. Y no sabes cómo salir de ella. Simplemente avanzas con la esperanza de que terminará en algún momento. Aunque ese sentimiento bucólico, tenebroso y misterioso que infunde, te reconforta extrañamente. Así que, cuando sales de ella o, cuando por las causas meteorológicas que sean, desaparece, la echas de menos. Quisieras que continuara, que siguiera incomodándote dulce y sutilmente. Y buscas refugio en la esperanza de que, al día siguiente, al asomarte por la ventana no puedas ver lo que hay más allá de diez metros... o no... o qué sé yo...

miércoles, 9 de mayo de 2007

Cabezas de dragón

Hace 3 semanas y 3 días:
Cabeza de dragón: 'Jorge, se me está acabando la libreta'
Hace 3 semanas y 2 días:
Cabeza de dragón: 'Jorge, se me está acabando la libreta'
Hace 3 semanas y 1 día:
Cabeza de dragón: 'Jorge, se me está acabando la libreta'
Hace 3 semanas:
Cabeza de dragón: 'Jorge, se me está acabando la libreta'
Jorge: 'Aquí tienes tu libreta.'
Cabeza de dragón: '¡No me jodas! ¿Me compraste una libreta?'
Jorge: 'Por supuesto. Para que veais que me preocupo por vosotros'
Cabeza de dragón: '¡Cómo te pasas! No hacía falta...'

Ayer, cuando supuestamente era el último día del enfrentamiento entre Jorge y sus dragones:
Cabeza de dragón: 'Me tienes que firmar la libreta....'

'Batallas' así son impagables.

sábado, 5 de mayo de 2007

Uniformes

Me resulta, al menos, curioso comprobar como mucha gente se viste de acuerdo con una norma o patrón. Consciente o inconscientemente, la indumentaria de un grupo de personas resulta mimética, cuando no idéntica. Y esto se puede apreciar en muchos casos: en los ejércitos, en los grupos de heavy-metal, en las amas de casa que ya han superado la cincuentena, en los jubilados que echan la partida al dominó en el bar, en los colectivos deportivos, en las discotecas de quinceañeros etc. etc. etc.
Esta forma de vestirse, como casi todo, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Las ventajas, supongo, vienen por la comodidad que supone el no tener que decidir qué te pones, el no pensar qué prefiero vestir hoy, el abrir el armario y coger, rutinariamente, una prenda tras otra. Además, aporta la comodidad de sentirte parte de un grupo más amplio; con la seguridad y protección que ello supone.
Las desventajas, creo, vienen dadas porque el individuo se somete al grupo, pierde su capacidad de elección, de originalidad e imaginación, la sumisión de la voluntad en definitiva.
Hace unas fechas me reencontré con unos viejos amigos. Como si fueran dos maniquíes que se habían fugado del mismo escaparate lucían: zapato marrón claro de 'chúpame la punta' (creo que ésta es la notación correcta), pantalón de marca, jersey a juego con el pantalón y camisa blanca que asomaba bajo el jersey. Me entristeció aquello. Como si fuesen dos clones, parecían acatar unas órdenes dadas por no sé quien sin dar opción a recapacitar en si aquello les gustaba o no, les apetecía o no, les satisfacía o no. Sólo les faltaba un cartel de 'amén a lo que me digan'.
Revisé mi indumentaria. Unos zapatos cómodos curtidos en mil batallas y pantalones y camiseta del Zara. ¿Combinaban aquellas prendas? Muy probablemente no. Pero, realmente, ni me acuerdo ni creo que me preocupara en absoluto al vestirme aquel día.
Comencé la reflexión y aún le sigo dando vueltas (como se puede comprobar). Lo triste para mí es que creo que ellos son felices con esa decisión, en su modo de vestir, con la ausencia de reflexión sobre lo que llevaban ellos y lo que llevaba yo. Creo que les es indiferente decidir o no, escoger o no.
Quizá lo mejor sea formar parte de un ejército cuyo uniforme sea le consistente en no tener uniforme... o no... o qué sé yo...

viernes, 4 de mayo de 2007

Cabezas de dragón

Jorge tuvo que ayudar a mover unas mesas así que, cuando iniciaba su encuentro con los dragones de mayor edad, estaba casi sudando. El reloj le molestaba, así que decidió quitárselo. Pero al querer dejarlo sobre la mesa se le resbaló y cayó al suelo.

Jorge: "Noooo...."
Dragón: "Bueno, bueno... tampoco es para tanto. Sólo es un reloj"
Jorge: "Es un reloj. Y le tengo un cierto aprecio sentimental"
Dragón: "Claro. Seguro que te lo regalo tu 'ex' "

Tocado y hundido.

jueves, 3 de mayo de 2007

Ritmos de trabajo (y II)

Fue hace algo más de un año. La pierna derecha de don Serafín parecía el globo de Betanzos. El agudo malestar general era persistente e insistente. Lo principal en aquel momento era bajar la hinchazón. Así que don Serafín estaba todo el día con la pierna en alto, tomaba antiinflamatorios cada 8 horas y, por las noches, hacía un emplaste de hierbas para recubrir la pierna y que aquello fuese mejorando algo. Dicho envoltorio iba fijado con esparadrapo y eso, en quienes no se depilan, es sumamente doloroso. El remedio casero era echar limpiacristales en el esparadrapo para que se despegara mejor.
Y así lo hizo don Serafín. El problema sergió cuando el abuelo de Jack Jack se ofreció para realizar tal tarea. Eran las 7.30 de la mañana y el ritmo de recados ya era infernal. Don Serafín acababa de despertarse: dolorido física y moralmente, malhumorado y con un bajo nivel de consciencia. Se sentó en la cocina y antes de que pudiese reaccionar, el abuelo de Jack Jack ya estaba con el Cristasol en la mano encharcando la maltrecha pierna de don Serafín. Se juntaron la sorpresa de tal acción, el frío de aquel líquido, el odio a aquella lesión, la premura con que era ejecutada aquella acción y.... el primer tirón.
El enfado se precipitó. Vino el segundo tirón y sólo se oyó un 'uuuuuuffff....', pero el tercero fue definitivo. No se pudo contener y en la cocina se oyó un 'cago en diossss' sumamente explícito.
El abuelo de Jack Jack reaccionó al instante y contestó a aquella exclamación con un 'bueno, mejor ya lo despegas tú como prefieras'.
Don Serafín sólo acertó a contestar, casi pidiendo perdón, 'sí, vale....vale' mientras empezaba a asimilar que le había dicho aquello a la cara a su padre.

martes, 1 de mayo de 2007

Ritmos de trabajo (I)

El pasado sábado estaba don Serafín trasteando con la cuna de Jack Jack. Con tanta vitamina está hecho un toro y no hace más que crecer. Ya se pone de pie en la cuna y, para evitar que al asomarse se caiga al suelo, hubo que hacer ciertos ajustes en su primera cama.
Así que entre llaves Allen, tuercas y demás chirimbolos trascurría la tarde sabatina. El problema apareció cuando don Serafín precisó la ayuda del abuelo de Jack Jack.
Ambos tienen maneras diferentes de trabajar, de conducir, de hacer puzzles, de cocinar, de cortar la hierba, de hacer brasas, de hacer casi cualquier cosa, en definitiva. Y tal diferencia radica, principalmente, en el ritmo de trabajo que adopta cada uno.
Don Serafín es un corredor de fondo, adopta una cadencia determinada y la mantiene a lo largo del tiempo que sea necesario, no va ni deprisa ni despacio, es como un martillo pilón con un ritmo tan machacón como supuestamente efectivo.
El abuelo de Jack Jack es un velocista. No es impetuoso, pero parece como si siempre tuviera prisa. Es más un Michael Johnson que un Maurice Greene. Mientras hace algo, da la sensación de que no puede perder ni un segundo, que no se permite ni una mínima pausa por miedo a no tener tiempo para la siguiente tarea. Siempre rápido, siempre ágil, siempre presto y dispuesto, siempre con la agenda al borde de la eclosión.
Así que, el sábado por la tarde, como tantas otras veces, don Serafín se armó de paciencia y procuró centrarse única y exclusivamente en la cuna. Pero, como tantas otras veces, fue imposible. En su lucha contra aquellas malditas tuercas el abuelo de Jack Jack no hacía más que mover la cuna. Y cada empujón crispaba, cada vez más, a don Serafín. Y es que así le era imposible coger un ritmo de trabajo adecuado. Y las mismas ideas de siempre rondaron por la cabeza de don Serafín:
'Dile que no mueva la cuna'
'Aunque se lo diga a los dos minutos vamos a estar en las mismas'
'Pues te vas a seguir cabreando'
'Si tampoco falta tanto para acabar'
'¿Entonces porque te enfadas? Si algo no te gusta hay que hacer lo posible por cambiarlo, ¿no?'
'Sí, eso es cierto. Pero la cosa no es tan grave. Le acabo de pedir ayuda, así que no creo que lo mejor sea reñirle'
Y, como en todas las ocasiones menos una, esos pensamientos lo distrajeron un poco y ambos (cada uno con su ritmo) finalizaron la tarea.
'Si tampoco era para tanto'
'Ya, ya. Pero sabes que la próxima vez ocurrirá lo mismo.'
'Sí... o no... o qué sé yo...'