Jorge está perdido. Cual pulpo en un garaje. Como un elefante en una tienda de antigüedades. Aunque poco a poco consigue situarse.
Lo que sí tiene claro Jorge es que está contento. Las batallas con los dragones son cada vez más estimulantes y satisfactorias. Pero la guinda del pastel la disfrutó hoy por la mañana.
Increíblemente, Jorge consiguió salir de su castillo sin prisa alguna. Sabía que podría recorrer el camino que le llevaba al campo de batalla apreciando cada detalle. Y así lo hizo. Esos 15 minutos paseando a lo largo del pinar que bordea la playa con una mezcla de olores entre el arume y el salitre fue impagable.
Y lo mejor es que ese paseo se repetirá cada día durante los próximos meses... o no... o qué sé yo...
martes, 2 de octubre de 2007
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2 comentarios:
Xa chegará Xaneiro, xa... :-P
;-)
Nada, nada... contra viento, marea, niebla, frío y lo que me echen :-))
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