A pesar de que casi todos los miembros de mi familia aseguran que no me parezco demasiado a mi padre, que a quien me asemejo es a mi madre, yo mantengo una hipótesis.
Esa hipótesis sostiene que sí me parezco a mi padre; aunque a mi padre cuando tenía mi misma edad. Es decir, cuando tenía 10 años me parecía a mi padre cuando éste tenía esa edad; cuando tenía 30 años me parecía a mi padre cuando éste había cumplido 3 décadas, y así sucesivamente.
Esta hipótesis, aparte de por mi mismo, tiene muy pocos adeptos (por no decir ninguno).
Sin embargo, hace unos días me encontré con un inesperado apoyo. Coincidí en la calle con un amigo (y compañero de trabajo) de mi padre. Después de los saludos de rigor y de ponernos al día, se me quedó mirando y me dijo:
-'Eres clavadito a tu padre. Hasta tienes los mismos ojos que tu padre.'
Sonreí abiertamente y le contesté:
- 'Yo creo que me parezco a mi padre, pero cuando él tenía la misma edad que yo tengo ahora'
Ante esa afirmación, el amigo de mi padre me escrutó de arriba a abajo, hizo memoria y dijo:
'Pues tienes toda la razón. Hasta más o menos estás en la edad en que tu padre pesaba 96 kilos; aunque claro, el es un poco más bajo y tú no pesas tanto y entonces a él se le veía algo más "ancho". Pero sí, tienes toda la razón'.
Pues bien, hoy caí en la cuenta de que, durante un par de semanas el Agosto pasado, llegué a pesar 96 kilos. Así que es evidente que mi hipótesis es totalmente cierta... o no... o qué sé yo...
viernes, 4 de enero de 2008
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